Dios mío.
Dentro del apasionante mundo de las secuelas, uno puede encontrar de todo, desde segundas partes que mejoran el original, hasta medianías poco justificables. Generalmente lo común es que una secuela baje el listón respecto a la primera película, y muchas veces suelen ser productos poco cuidados, que nacen con la única intención de aprovechar el tirón comercial de la franquicia. Así que hay mucha morralla y un gran número de bazofias. Y luego está Ahora me ves 2. Y es que el verdadero truco de magia es que esta película exista.
Desafortunadamente, la original Ahora me ves (2013) logró quintuplicar su presupuesto en taquilla. Con estas cifras, los productores entendieron que el público se quedó con ganas de más, así que acometieron esta secuela. La primera película, dirigida por el eficiente pero irregular Louis Leterrier, aún siendo un producto totalmente mainstream sin pretensiones, tenía su gracia y dentro de lo que cabe aportaba una cierta frescura y originalidad. Lo de esta continuación, sencillamente, no tiene nombre.
"Ahora me ves 2" es mala, muy mala, muy muy mala. Mala hasta la ofensa. Actuaciones pésimas, personajes odiosos, escenas de acción en las que no te enteras de nada, y trampas, muchas muchas trampas. La primera es el precio de la entrada, por pequeño que sea es caro, háganme caso. El guión es un sinsentido en el que se introducen personajes nuevos sin dar explicaciones, y que presenta situaciones pretendidamente espectaculares que quedan plasmadas de una manera horrorosa. La secuencia más destacada, en la que los protagonistas han de robar un chip de una gigantesca y vigiladísima caja fuerte, es lo más vergonzoso que me he echado a la cara en mucho tiempo.
Actores de renombre como Jesse Eisenberg o Mark Ruffalo merecen un castigo por sus interpretaciones. Daniel Ratcliffe, utilizado en los tráilers como reclamo novedoso, es una mezcla de Zach Galifianakis y un yonki mortecino. Lizzy Caplan, la chica nueva, es repelente hasta la médula, y Woody Harrelson, pese a hacer doble papel, está para recoger el cheque e irse a dormir. Del director John M. Chu diré que cuenta en su filmografía con cosas del calibre de Street Dance, Step Up 3D o un par de documentales sobre Justin Bieber. Con eso está todo dicho.
Me duele horrores ver a dos mitos del cine como Morgan Freeman y Michael Caine inmersos en una producción de esta calaña. Su presencia es lo único que impide que le otorgue a la película un merecido 0. Pero si hay algo peor que la existencia de la película en sí, es la amenaza de una tercera parte, anunciada en IMDb con el señor Chu repitiendo como director. Espero que el público lea opiniones como esta antes de que sea demasiado tarde.
Mi nota: 1