Ya lo dijo mi amigo Enrique Vidal muy claramente hace algún tiempo en su blog en un post llamado “La apisonadora de mitos”, escrito hace ya casi un año, que les ruego visiten, y del que saco un extracto.
“ Ahora que el tiempo y la tecnología están desenmascarando, con evidencias palpables, objetivas, verificables, muchas de las mentiras sobre las que se han pretendido cimentar, tendenciosa e interesadamente, los valores-tipo que supuestamente representan el modelo bético (y de paso, también sevillista) de concebir las cosas; ahora que esa torre de arena se está desmoronando de forma imparable, víctima de sus propias debilidades, de su falsedad y su mezquindad; ahora que el desastre está cerca, se toca con los dedos, empiezan a aparecer algunas voces en verdiblanco que reclaman sosiego, equilibrio, ecuanimidad a los sevillistas en las aproximaciones a temas históricos, todo aquello, en definitiva, de lo que llevan pitorreándose desde el principio de los tiempos, desde que llegaron al ruedo del sport años después que el club decano.
Por mucho que se quiera disimular, se trata de un desesperado, desesperadísimo intento por paralizar este proceso, por amortiguar el golpe, por ganar tiempo para digerir algo tan fuerte como que tus fundamentos vitales, ideológicos, sentimentales sean, como decía el bolero, un puritito invento, asumir que una gran parte de tu historia en realidad es apócrifa, es una enorme trola que sólo una audiencia predispuesta a consumir victimismo puede elevar a la categoría de mito.
La historia del fútbol sevillano, en muchos de sus aspectos claves, está protagonizando un movimiento pendular que supone la transformación de algunos de sus más recalcitrantes dogmas en todo lo contrario a lo que se presuponían. Resulta que lo que nos pintaban negro, en realidad era blanco y viceversa.
Y nos piden que no lo digamos”.
¿Qué me quieres decir, estimado amigo Alfonso del Castillo? ¿Qué decías sobre ese artículo de Olmedo?
Nunca hasta hoy te he nombrado directamente en este blog. Tú que te diriges desde tu plataforma a mí desde hace tiempo y desde ahora aceptaré el reto.
Cuando tú vas, nosotros ya hemos vuelto.
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