Revista América Latina

Ahora sí, en tierra venezolana!

Por Andrea Y David Rodulfo Y Calvo @zaigua
Ahora sí, en tierra venezolana!

Nuestro primer día en Venezuela ha estado lleno de cosas nuevas para nosotros, una de las más interesantes es la situación política y económica del país.  

En muy poco tiempo hemos escuchado varias opiniones de gente que vive aquí en Santa Elena–frontera con Brasil–y en cuanto a nosotros, por ahora solo podemos hablarles de nuestra visita a la gasolinera y al supermercado, ambas completamente distintas a  las experiencia que hemos tenido en otros países.

Apenas entrar al país y luego de hacer el cambio de moneda,  nos dimos cuenta –quizá ilusoriamente- de que nuestro poder adquisitivo había dado un salto muy positivo;  no solo por el tremendo desfase que hay entre el cambio oficial y el paralelo–que es el que se maneja en la calle–sino porque, a pesar de que el comercio tampoco está valorado en cuanto al cambio oficial, aun así es muy barato en relación con los precios que hemos manejado en el resto de América Latina.

Nuestra visita al primer supermercado en Venezuela–que debemos mencionar no era uno de los supermercados del gobierno, sino uno particular de tantos que tienen los chinos en el país– fue casi un shock: en primera por la oferta de productos que hay. 

Las estanterías son austeras y un tanto vacías. De la mayoría de los productos que tenían había si acaso dos marcas, aunque mayormente solo una marca de cada cosa. En segunda, los precios; no dejábamos de sonreír al hacer las comparaciones de precios, en especial comparando con los precios de Brasil que son los que hemos visto los últimos cuatro meses.  La diferencia es enorme.

Ahora sí, en tierra venezolana!

Después de nuestros descubrimientos en el súper tratamos de  poner gasolina. Fuimos a la gasolinera que se encuentra en el pueblo, había una larga fila de gente esperando a ser atendida  Ahí nos dijeron que nosotros por ser extranjeros no podíamos comprar gasolina en ese lugar, teníamos que regresar a la ‘estación internacional’, que se encuentra en el paso fronterizo, incluso antes de migración y aduana venezolana.  Y así fue. 

Fila para poner gasolina y diesel
Fila para poner gasolina y diesel

Regresamos los 12km que hay entre el pueblo y la gasolinera, justo al hito. La fila parecía interminable. Cuando pasamos frente a migración un militar pregunto qué estábamos haciendo, a dónde íbamos, etc. Pidió el papel que nos dio aduana y nos dijo que le mostráramos eso a los militares de  la gasolinera para que supieran que nosotros no éramos tráfico fronterizo, sino personas en tránsito, de esa forma evitaríamos la fila. 

Ahora sí, en tierra venezolana!

Al mostrar nuestro papel al militar en la gasolinera él escribió con letras grandes  en el cristal de la camioneta: TURISTA, y con eso no tuvimos que esperar las horas que teníamos pronosticadas haciendo fila.  

Este puesto internacional tiene la gasolina–aproximadamente–500 veces más cara de lo que cuesta dentro del pueblo y en el resto del país, probablemente sea así en todas las ciudades fronterizas: cada litro cuesta 50 bolívares, mientras que el precio oficial en el resto del país es de 0.07 centavos de bolívar por litro.  Es decir, con lo que pagamos ahí por 30 litros, en cualquier otro puesto de gasolina hubiésemos comprado 15,000 litros. En fin, aun y pagando tanto más, el litro nos costó un tercio de lo que cuesta en Brasil ahora mismo.

Esa diferencia en el precio, y el hecho de que en el lado brasilero de esta frontera ni siquiera hay gasolineras, provocan un flujo constante y muy fuerte de autos brasileños llenando sus tanques en territorio venezolano.

Contrabando de cocacolas
Contrabando de cocacolas

Durante la espera en la gasolinera hablamos con un hombre chileno que vive aquí en Santa Elena, para él el socialismo venezolano es un fracaso. Nos habló de la escasez de productos, de la cada vez más fuerte devaluación de la moneda, del contrabando que no cesa y del saqueo que está viviendo Venezuela.

 

Ya que nosotros estamos ahora mismo como un papel en blanco en cuanto a la situación del país, lo único que podeos mencionar es que comprar gasolina aquí en Santa Elena es un infierno, ni imaginar cuantas horas pierden estas personas  esperando comprar combustible. Realmente esperamos que no sea así en el resto del país.

 

De la política ya nos iremos enterando más adelante….

 

Por lo pronto, Bienvenidos a Venezuela!

 

Andrea 


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