Ilustración Gérard Schlosser.-Carlos Mazarío Torrijos-Ahora vuelvesa la que nunca dejó de ser tu casa—la llamabas así, recuérdalo, voy a comer a casa, me decías—,pero entonces regresasy tu cuerpo es extraño en una camade noventa, con sábanas que huelena adolescencia, con la ventana tristepor la que ves las bragas color carnede la vecina en el patio de lucestan oscuro, y hoy todo te molesta,te molestan los gritos de tu madrey el ruido de la tele, la cisternacon su goteo atávico,el gotelé amarillo y la cenefade frutas y pucheros, los ronquidosen el insomnio negro en que te ensañas,y te dices me tengo que marchar.Marchar a dónde, rey.Qué hueco tan profundotener que irse y no saber a dónde.
