Márcate un objetivo y solo uno. No necesitas más.
Márcate el objetivo de la paz.
Marcha con ese objetivo a modo de estandarte.
Primero tu paz, y luego todo lo demás.
Supedita todos tus deseos a este único objetivo. Deja que el que marque el camino y descubre lo fácil que se vuelve todo cuando tienes claras tus prioridades.
Entonces toda situación se convierte en una oportunidad de elegir la paz: "Podría ver paz en lugar de esto (lo que estoy viendo ahora que es una forma de conflicto)".
Las decisiones se vuelven simples al conocer tu principal motivación. ¿Paz o conflicto?
Toda decisión se simplifica cuando te das cuenta de que sólo hay una opción, la paz.
¿Quien podría tener algún problema a la hora de decidir si ya se ha decantado por la única opción que realmente desea? ¿Donde quedan los problemas cuando ya se ha elegido la solución?
Lo que tu corazón desea y siempre ha buscado es la paz. Pensabas que para alcanzarla necesitabas atesorar determinadas cosas. Pensabas que algunas situaciones tenían la capacidad de brindarte esa paz mientras que otras te alejaban de ella.
No te dabas cuenta de que la paz nunca se ha movido de tu lado, que eras tú el que te acercabas o te alejabas de su conciencia. Que la paz te estaba rondando mientras tú te entretenías con otros acompañantes.
Que siempre estuvo a tu lado, a la distancia de un pensamiento: Deso la Paz de Dios.
Que tu deseo puro de corazón es lo único que necesitabas para ese encuentro.
Hoy, dale la bienvenida a esa paz y recuerda que la Quietud del Cielo te envuelve hoy.
Ahora y Siempre, sólo Paz.
~ J❤