Ahora..me voy a poner en la foto

Esta mañana cuando he abierto el facebook, he visto en enlace, que una amiga había puesto en su muro, de un artículo escrito por Allison Tate, para el huffingtonpost y que podéis leer aquí.
Mientras lo leía me hacía reflexionar y es que me he sentido muy identificada.
Nunca he sido una niña muy delgada, bueno en la época del instituto usaba una 38 pero ya nunca jamás. Siempre he estado entre la 42 y la 46. Siempre he tenido épocas en las que estado más gordita  o épocas en las que he adelgazado bastante, de hecho si me lo proponía y hacía un régimen, adelgazaba enseguida, cosa que ahora aunque me lo proponga...me cuesta mucho.
Antes de quedarme embarazada, me sentía bien con mi cuerpo, tampoco es que estuviera super delgada, soy de hueso ancho que digo yo, pero también al ser alta pues se nota menos jejeje, pero sí, me sentía bien.
Cuando me quedé embarazada, empecé a engordar a parte del peso normal por la barriga, cogí kilos de más, pero en ese momento me daba igual, me miraba al espejo, de perfil de frente...me veía estupenda, pletórica, no tenía ni un solo grano, una piel perfecta...y estaba muy orgullosa se lucir tripita, ¡me encantaba!
Me hacia mil y una foto, tooooodas las semanas , me acuerdo que los lunes, mi marido cogía la cámara y ¡click! foto a la barriga, foto a mi...en fin...tengo muchísimas fotos, que supongo que a BB le encantará ver.

Pero...¿ y ahora? ¿ Cuantas fotos tiene conmigo? No digo que no tenga...pero menos...ahora las fotos casi todas sale él solo o con su papi, me encanta hacerles fotos, pero ¿porqué evito salir en las fotos? ¿ Porqué me cuesta tanto mirarme al espejo?
Ya no soy esa jovencita de veintitantos, ahora he pasado a la treintena y además he sido madre. Mi cuerpo ya no es el que era, incluso evito mirarme al espejo, porque no me gusta ver esa barriga fofa que se me ha quedado, esos granitos que parece que he vuelto a la pubertad a los 30...esa cara más redonda de lo habitual...no tengo tiempo ni de maquillarme, voy casi siempre con coleta, por lo que acentúa un poco más ese sentimiento de dejadez... de no verme tan bien...pero ¿ porqué me tengo que ver así? ¿ Porqué no veo más allá de esos kilos de más? ¿ porque no veo lo que ve mi hijo en mi? y ¿ porqué mi hijo no tiene que tener fotos de su madre con él en estos primeros  años de su vida?
Entonces, me digo me digo a mi misma que no es justo ...porque yo no voy a ser eterna, y el día que no esté, quiero que pueda ver fotos de todos los años que he pasado a su lado, y que cada vez que las vea, en su rostro se dibuje una sonrisa.
Ahora pensando como hija ¿ acaso yo veo fea a mi madre? Pues no, yo siempre he visto y veré a mi  madre, la más guapa del mundo y nunca me he fijado  en sus kilos de más o de menos, ni en sus canas y arrugas, ella me dio la vida y más ¿cómo voy a verla fea? ¡ si es mi madre!
Por eso, tengo que cambiar el chip,  y hacerme  más fotos, porque mi hijo no ve esos kilos de más, ni esos granos que tanto odio, ve a su MADRE, a su "perfecta imperfecta" madre ,la que le parió, la que le dio la vida, la que le acuna, la que le cuida, la que le protege, la que le amamanta, la que le ama...
Y tengo pensar que aunque tenga unos kilos de más, sigo siendo la misma, la mujer que decidió ser madre y que ahora tiene el tesoro más preciado del mundo mundial, su  HIJO.

¿Te sientes identificada?... Pues saquemos las cámaras... y ¡hagámonos fotos!
                            
   ¡Feliz viernes!