Ahorrar más gastando menos es uno de los principales retos de la gestión financiera. Lograr un nivel de estabilidad en donde se puedan generar excedentes no solamente por apartar porciones de dinero, sino, por haber tenido ejecutorias de consumo basados en la planificación. Tomando en consideración aspectos relevantes a cómo optimizar los recursos económicos disponibles.
En ese sentido, vamos a abordar el tema de cómo ahorrar más gastando menos. Con la finalidad de proveer de herramientas prácticas para la buena administración del dinero, partiendo de estrategias de consumo inteligente.
Ahorrar, en resumidas cuentas, es una decisión que se auxilia de la disciplina financiera para lograr un objetivo. Basándose en la creación de fondos de contingencia o fuentes de dinero que permitirán solventar los diferentes compromisos u obligaciones contraídos en el tiempo.
Por lo que, cuando se habla de incrementar el ahorro por medio de un menor gasto, se está invitando a que se tenga una ejecutoria de consumo inteligente. En donde lo que marca la pauta es la satisfacción de una necesidad y no los impulsos momentáneos.
A todo esto, es bueno aclarar que el concepto de necesidad no excluye suplir los deseos. De hecho satisfacerlos debe formar parte integral de la gestión financiera. Lo que sucede con ellos es que deben ser cubiertos en su justa medida y en el tiempo apropiado. Para esto debe darse un proceso de priorización. En donde se defina qué va primero y qué va después en el orden jerárquico de las necesidades que cada persona se plantea.
De manera que, ahorrar más gastando menos va a implicar, en algunos casos, un cambio de mentalidad. Ya que lo que va primar el consumo es aquello que es necesario partiendo de una planificación previa.
La pregunta que puede surgir es ¿Cómo lograrlo? Como ya se ha planteado, ahorrar más gastando menos depende, en gran manera, de la planificación; y ésta tiene que partir de qué se necesita. Por lo tanto, lo primero que hay que hacer es identificar cuáles son las necesidades que hay que suplir.
Definiendo las necesidades
La identificación o listado de necesidades tendrá como resultado una serie de elementos o etiquetas de cosas que se entienden son de importancia. Sin embargo, es probable que en la primera lista no se cubran todas las necesidades, ni se tomen en cuenta todos los aspectos relevantes a ellas.
De manera que es prudente hacer éste listado de forma pausada, con tiempo y por medio de un análisis que las clasifique por tipo. Como por ejemplo: Necesidades básicas (alimentación, transporte, vivienda, etc.), necesidades medias (estudios, equipos electrónicos, etc) y necesidades superiores (vacaciones, compra de artículos de alta tecnología, etc)
Luego de elaborar este conjunto de necesidades, se debe dar un proceso de depuración de las mismas, en donde se les asigne un valor de 1 a 10. Partiendo de que mientras en valor sea menor tiene una mayor relevancia.
Esta clasificación proveerá una panorámica de cómo están estructuradas y cuál es su nivel de importancia; sirviendo como base en la elaboración de un plan estratégico para suplirlas. Esto da pie al siguiente paso que es la formulación de la estrategia.
Formulación de la estrategia
Una estrategia es un conjunto de acciones planificadas sistemáticamente en el tiempo que se llevan a cabo para lograr un determinado fin o misión[1] Por lo tanto, hablar de un plan estratégico de consumo es establecer las acciones que definirán las ejecutorias del gasto.
El gasto implica tres aspectos básicos: Precio, calidad y suplidor. Estos tres agrupan la forma idónea en cómo se logra ahorrar más gastando menos. La pregunta que surge es ¿Cómo hacer que estos converjan en un punto de beneficio? Y la respuesta es, conociendo el mercado.
Cuando se está al tanto de qué ofrece el mercado y quienes son los que suplen los bienes o servicios que satisfacen las necesidades, entonces se tiene un marco de referencia a la hora de ejecutar acciones de consumo que tiendan al ahorro de dinero. Por lo tanto, se da pie a la planificación estratégica. Que define el precio adecuado, la calidad y el suplidor o establecimiento que oferta dicho servicio. Devengando en una optimización de los recursos económicos.
A todo esto, ahorrar más gastando menos también implica otros aspectos como la optimización del tiempo o bien de las salidas. Por ejemplo, si una persona debe hacer diligencias y las puede resumir en un centro comercial esto también es sinónimo de un uso efectivo de los recursos disponibles, en aspectos de tiempo, combustible, etc. O también adquirir bienes no perecederos en cantidades mayores a lo usual, con el fin de garantizar un precio y la satisfacción de una necesidad por un tiempo importante.
Esta y otras acciones que pueden surgir, tienen como punto en común la planificación. Cuando se lograr definir la forma en cómo se van gestionar los recursos de manera más eficiente y enfocándolo a prioridades se está logrando ahorrar más gastando menos.
[1] Definición Estrategia Consultado 06-12-14