Hoy me gustaría recomendaros a Ai Weiwei, un artista y diseñador arquitectónico de origen chino. Es una persona comprometida con la sociedad que le rodea y utiliza su arte con fines reivindicativos y activistas, tal y como el propio Ai afirma. También se le conoce como el asesor artístico de la construcción del Estadio “Nido de pájaro” donde se celebraron los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008.
Ai encuentra en su entorno toda la inspiración que necesita para crear sus excelentes trabajos. Trabaja con cualquier material: convencionales, como la madera, como demostró en su trabajo “Echar raíces”, expuesto en Munich en 2009, u otros más delicados como la porcelana de la que estaban echas las pipas que cubrieron 1000 m2 de uno de los pisos de la galería Tate Modern de Londres. Hay obras en las que ha trabajado con objetos cotidianos como por ejemplo bicicletas, que conforman Forever, una crítica muy incisiva sobre la dirección hacia la que su país avanza, un círculo eterno y cerrado en el que no hay ninguna intención de progreso ni avance. Ha homenajeado a otros artistas, como Vladimir Tatlin, versionando su escultura a la Tercera Internacional, a la que añadió luz para crear la Fountain of Light.
Su forma de ser, impregnada siempre en sus obras, le ha costado muchos disgustos en su país ya que en 2010 fue arrestado en su domicilio tras anunciar una cena de camaradería para evitar la demolición de su estudio en Shangai. Al año siguiente, tras su arresto por supuestos “delitos económicos”, Ai comenzó a denunciar las torturas en las cárceles en China. Volviendo a su faceta de artista, merece la pena presenciar alguno de sus trabajos, son fantásticos.