Revista Cine

Air Doll de Hirokazu Kore-Eda, una fábula sobre la soledad en las grandes ciudades

Publicado el 20 julio 2010 por Carol

Por fin he podido ir al cine a ver Air Doll del director japonés Hirokazu Kore-Eda, y ya he tardado, porque tenía muchísimas ganas de ésta película desde hacía tiempo. A pesar de las altas expectativas no me ha defraudado en absoluto, me ha gustado muchísimo, diría incluso que ha sido de las películas que más me han gustado en lo que llevamos de año. He reído, he llorado, me ha sorprendido y me ha hecho reflexionar, y he salido del cine con la sensación de haber sido un dinero muy bien gastado, algo que no siempre sucede. La película nos habla de la soledad en la que viven muchas personas en las grandes ciudades, y cómo esa soledad se acaba convirtiendo en un círculo vicioso que les impide darse cuenta de lo hermosa que es la vida a la que están renunciando. Air Doll está protagonizada por una muñeca hinchable que vive en un piso de Tokio con un hombre de mediana edad que suple su soledad con ella. Un día, la muñeca cobra vida y adquiere alma, como acaba de nacer, el mundo es totalmente nuevo y sorprendente para ella, así que decide explorarlo y dejarse fascinar por lo que encuentra. La protagonista es la actriz coreana Du-na Bae, quien consigue una actuación de lo más creíble en su paso de muñeca de plástico a ser humanizado. A su alrededor hay algunos secundarios realmente increíbles que se anteponen a la protagonista que está deseando disfrutar de la vida: una joven bulímica que se refugia de su soledad comiendo y vomitando compulsivamente; una mujer obsesionada con el paso del tiempo y que prueba toda clase de aparatos y pastillas para no envejecer; un anciano que ya no tiene con quien hablar; una mujer madura que vive de lo que hacen los demás porque ella no tiene vida propia... La muñeca conoce el amor y el dolor de la mano de un joven que la quiere por lo que es, y no por tratarse de un sustituto de otra persona como hace el resto. El final es realmente sorprendente e impactante, y destacan a lo largo de la película algunas
conversaciones que dan muchísimo en qué pensar. Me quedo con los versos del poema "La vida es" del poeta japonés Yoshino Hiroshi, que el director usa en la película: "La vida parece estar construida de forma que nadie pueda vivirla solo".

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