Algunas marcas no necesitan palabras en un spot para transmitir un mensaje.
A veces, esos mensajes ni siquiera hablan de atributos de la marca, sino transmiten valores, tendencias o incluso un estilo de vida. Así, el logo de Mercedes lo asociamos a elegancia o a "clase". La manzana de Apple a innovación, a tecnología y a última moda. La marca Volvo nos hará llegar a la palabra seguridad, y Cartier a lujo. Nike o Adidas nos recordará a nuestros momentos de deporte, ... y así ocurre con todas las marcas.
Pero si pensamos en un valor asociado a una aerolínea difícilmente nos vendrá una palabra inequívoca para reflejar atributos de marca. Salvo Ryanair (o las low cost) que a unos harán pensar en ahorro y a otros en incomodidades, el resto son más o menos iguales. Hay aviones más grandes donde hay más espacio y otros más pequeños donde vas todo el vuelo con las rodillas incrustadas en el asiento de delante.
Pero no encuentro en mi experiencia volando ninguna aerolínea que me transmita algo de valor. Algo más allá de su pura función: "Transportarme de aquí a allá, de forma segura y -a ser posible- puntual".
Sin embargo, hace un par de semanas ví en la tele este sencillo y breve spot de Air France que transmite elegancia por los cuatro costados. Con un minuto es más que suficiente. Tanto, que no hay una sola palabra en el spot. Tan sólo una pareja dando vueltas con música clásica de fondo y un juego de reflejos que da inmensidad a lo representado, e incluso la sensación de que ella va a salir volando en cualquier momento.
Un minuto para enmarcar en un spot que, de sencillo, es maravilloso.