Estados Unidos quedó aislado este 5 de junio en la Organización de Estados Americanos (OEA) cuando las naciones de América Latina y el Caribe apoyaron la asistencia sin condiciones de Cuba a la Cumbre de las Américas que se realizará en abril de 2015 en Panamá. Incluso, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Argentina afirmaron que no participarán en el cónclave si la isla no es incluida.
Estados Unidos, que mantiene un embargo (bloqueo) de más de 60 años contra Cuba, se pronunció por que un grupo de trabajo analice la eventual participación de La Habana en la Cumbre de las Américas, y expresó la necesidad de esperar "una transición democrática" antes de ver a la isla en una cita internacional.
Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Argentina dijeron que si Cuba no asiste a la Cumbre de las Américas del próximo año "difícilmente irían", resumió el canciller argentino Héctor Timerman, durante la jornada final de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se celebró aquí en la capital de Paraguay.
El embajador de Nicaragua ante la OEA, Denis Moncada, anunció al plenario del organismo que Cuba se declaró dispuesta a asistir a la cumbre. En la cancillería de Cuba "nos expresaron que si fuera invitada de forma incondicional y en plano de igualdad soberana entre los estados participantes, ellos están en la mejor disposición de participar de forma constructiva".
México, Brasil, las naciones de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (Alba, integrada por Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Venezuela), así como los países del Caribe, también reclamaron la inclusión de Cuba en la cumbre y exaltaron la "solidaridad" de la isla con el resto del continente.
Cuba fue expulsada de la OEA en 1962 y su reingreso fue aprobado en 2009, pero se ha negado a regresar al seno de la organización al considerar que ésta ha servido de "instrumento de dominación de Estados Unidos".
La pasada Cumbre de las Américas, celebrada en 2012 en Cartagena, concluyó sin consenso sobre la participación de la isla, pero este jueves el canciller uruguayo Luis Almagro aseguró que "están dadas las condiciones" para que Cuba asista, toda vez que ha desempeñado un "papel constructivo" en todos los foros.
México pidió que todos los países sean incorporados "sin condiciones ni excepciones" en Panamá. "Nuestro país ha defendido de manera consistente la no exclusión de Cuba. Creemos que estamos en una coyuntura que permite construir un consenso para que la cumbre de Panamá sea histórica e históricamente incluyente", manifestó la delegación mexicana.
En 2015 se celebrarán en Panamá los 20 años de la Cumbre de las Américas, la máxima reunión de jefes de Estado y de gobierno de América, auspiciada por la OEA, y cuyo objetivo es crear una estrategia común para resolver los problemas de la zona.
"Al celebrarse los 20 años, tiene que ser una reunión histórica y creo que más inclusiva que nunca, y por eso tiene estar Cuba", dijo el secretario general del organismo, José Miguel Insulza. "Tienen que estar todos los países de esta región y el Caribe", sostuvo.
Esta postura respecto de Cuba la rompió Estados Unidos, cuya embajadora ante el organismo continental, Carmen Lomellin, pidió que un grupo de trabajo analice el tema y se pronunció por esperar "una transición democrática" para ver a la isla en una cumbre. "Deseamos que llegue el día en que pueda participar una Cuba democrática", dijo.
La Asamblea General de la OEA, en la que participaron la mayoría de los cancilleres de los estados miembros, concluyó también con la adopción de una declaración que refleja el compromiso de los países del continente en la lucha contra el hambre y la pobreza, el combate a la inequidad, la desigualdad, la discriminación y la exclusión social.
En los tres días de debates los delegados recordaron que América Latina ha experimentado una década de gran crecimiento económico, pero sigue siendo una de las regiones más desiguales del mundo con 167 millones pobres. Como señal de esta exclusión, cientos de campesinos protestaron hoy en la sede de Asamblea General, algunos con pancartas en que se leía: "somos los excluidos del país anfitrión". El PIB de Paraguay creció 14 por ciento en 2013, gracias al boom de la soya, pero se estima que 35 por ciento de los casi 7 millones de habitantes son pobres.
La declaración promete impulsar "políticas públicas intersectoriales de protección e inclusión social con miras a fortalecer el respeto de los derechos humanos". Además, llama a adoptar medidas para la "efectiva participación en la sociedad de todas las personas, en particular aquellas en situación de vulnerabilidad, y prevenir, combatir y erradicar todas las formas de discriminación".
El texto incluye un compromiso para promover y defender los principios democráticos, los derechos humanos y el acceso a la justicia para todos.
Otros puntos en los que hubo debate fue la propuesta impulsada por Ecuador para reformar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y mudar su sede de Washington, sugerencia que fue retirada de la resolución.
El argumento del presidente de Ecuador, Rafael Correa, para mudar la sede de la CIDH, es que Estados Unidos no ratificó la Convención Americana de los Derechos Humanos y, por otro lado, la influencia que como país anfitrión pueda ejercer sobre el organismo.
Insulza lamentó, por otro lado, el estancamiento del diálogo entre el gobierno y la oposición en Venezuela, y llamó a la comunidad internacional a apoyar el proceso "sin presiones ni sanciones", palabras que Caracas agradeció, mientras Washington reiteró que no apoya "por ahora" las sanciones que impulsa la Cámara de Representantes estadunidense.
La Asamblea General reafirmó también su apoyo a la reanudación del diálogo entre Argentina y Gran Bretaña por la soberanía de las islas Malvinas. /Texto La Jornada