Título: Al acechoAutor: Noemí SabugalEditorial: AlgaidaAño: 2013ISBN: 9788498778281Nº de páginas: 440
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Como os contaba hace varias semanas, tuve la suerte de poder asistir a la presentación de esta novela y todo lo que contaron en ella me gustó tanto que un par de días más tarde comencé su lectura y en otros dos ya la había terminado. Con esto os podéis hacer una idea de lo mucho que me ha gustado, tanto que por el momento es mi mejor lectura en lo que va de este año 2013 y creo que llegará al final quizás no con esta calificación, pero sí estará en la lista de las mejores.
El comienzo de Al acecho nos sitúa en marzo de 1936 en Madrid, donde en un callejón aparece el cadáver de Margarita, una niña de catorce años que ha sido estrangulada y cuyo cadáver aparece cuidadosamente colocado, con las manos cruzadas sobre el pecho. Julián Fierro, inspector del Cuerpo de Investigación y Vigilancia, será el encargado de investigar un caso en el que las pistas a seguir son escasas y no parece haber una razón que explique el asesinato de la niña, cuyo cuerpo no ha sido violado ni presenta signos de violencia. La única forma de avanzar es centrarse en el entorno de la niña e intentar obtener información de su familia, de sus amigas y del colegio en el que estudiaba, centrándose especialmente en este último cuando aparezcan otras jóvenes posteriormente estranguladas en similares condiciones.
Aunque en un principio puede parecer que nos encontramos ante una novela que podríamos encuadrar dentro del género negro, Al acecho no se queda simplemente en la investigación de unos asesinatos sino que adquiere una gran relevancia el contexto histórico en el que la trama se desarrolla. Es por eso que desde mi punto de vista es una novela en la que se van desarrollando tres líneas argumentales de manera paralela. Tenemos por un lado el eje central de la novela que gira en torno a la investigación, por otro lado una línea centrada en desarrollar los hechos históricos que marcaron ese periodo y una tercera que giraría en torno al personaje de Fierro, desarrollando su vida personal al margen de su trabajo como inspector.
Estas tres líneas argumentales están perfectamente entrelazadas dando lugar a una obra en su conjunto sumamente interesante, que mantiene sus tramas equilibradas y que en consecuencia hace que el interés del lector no decaiga en ningún momento, más bien al contrario, va in crescendo a medida que avanzamos y vamos sintiendo la necesidad de encajar todas las piezas y desvelar la identidad del asesino.
La novela se encuentra dividida en cuatro grandes bloques, que realmente serían cinco, aunque el último por no contener división en capítulos podemos considerarlo un añadido y no una parte como tal. Las otras cuatro se encuentran a su vez divididas en capítulos de extensión también variable, colocando antes del comienzo de la división propiamente dicha, unas páginas en las que es el asesino quien nos cuenta en primera persona los motivos que le llevaron a cometer los asesinatos y la justificación de los mismos. El resto de capítulos están narrados en tercera persona del pasado, aunque en algunos puntos Noemí cambia el tiempo narrativo y utiliza el presentepara narrar alguna escena protagonizada por Fierro, dando la sensación de que es un espectador el que viendo todo desde fuera, nos está contando lo que ocurre en ese momento.
Al margen del argumento y desarrollo de Al acecho, que para mí están muy logrados, he disfrutado muchísimo con la forma de escribir de la autora. Noemí Sabugal tiene un estilo muy cuidado, minucioso, metafórico y elegante, rozando en algunos puntos el lirismo sin perder por ello la sencillez, logrando que la novela se lea con gran facilidad. Destaca el uso que hace de la metáfora para resaltar algunas situaciones y es de las cosas que más me han gustado de su narrativa, una vez finalizada la lectura aún me rondan por la mente algunas de ellas. Os pongo un ejemplo:
"Una lluvia de luciérnagas rojas cayó sobre los adoquines cuando los hombres que vigilaban la puerta arrojaron sus pitillos al suelo" (pag. 77)
Julián Fierro es el protagonista y es un personaje que está caracterizado con detalle, presentando multitud de facetas que el lector irá descubriendo a lo largo de las páginas. Es una figura en la que podemos observar tres dimensiones que abarcarían su faceta laboral, la sentimental y la familiar y en cada una de ellas observamos unos rasgos que lo definen. Por una parte en su puesto de trabajo es un hombre que actúa según sus propios métodos de trabajo, al que le es indiferente todo lo que ocurre a su alrededor y que no se deja influenciar por sentimentalismos ni ideologías. No es un hombre que destaque por su carácter abierto y cortés sino más bien al contrario, resulta cortante y no duda emplear técnicas un tanto inapropiadas para obtener sus objetivos. No cree en nada y vive protegido por una coraza intentando evitar parecerse a su padre, quien murió como un héroe siendo él un niño, pero cuya muerte Fierro no acaba de entender.
Sin embargo tras esta fachada se esconde otra personalidad que observamos cuando está en compañía de su madre, una mujer anciana y enferma a quien Fierro ve abandonarse al paso de las horas, ahogada en sus propios recuerdos. Es esta mujer quien consigue sacar el lado más tierno del hombre y hacer que, aunque todo lo demás le sea indiferente, se preocupe por ella, la cuide y evite que sufra, ocultando la situación que se vive en las calles y el peligro que les acecha.Y entre ambos puntos tenemos al hombre que mantiene una relación con Adela, ex prostituta y madre soltera de un niño. Es Adela su refugio, una mujer a la que no ama pero en la que encuentra consuelo y una especie de seguridad familiar, que le sirve además para fingir ante su madre que es feliz y tiene alguien a su lado con quien compartir su vida.
Igualmente destacables son el resto de personajes cada uno en su papel, caracterizados con acierto de acuerdo a la época en la que se sitúa la acción y que nos permiten observar la sociedad del momento con sus preocupaciones, reacciones, forma de actuar, miedo o angustias en función de la situación personal de cada uno. Personalmente además del protagonista, me han gustado el personaje de Adela por la posición en la que se encuentra y el apoyo que le ofrece en todo momento a Fierro, y también su madre. Dominio público ], via Wikimedia Commons">Dominio público ], via Wikimedia Commons">Dominio público ], via Wikimedia Commons">Llama igualmente la atención una figura que conocemos a pesar de que su identidad no se revela hasta el final y que no es otro que el propio asesino, a quien vamos conociendo a través de los capítulos que narra en primera persona. En él destaca sin duda su mentalidad, su forma de pensar y la justificación que hace de los asesinatos que ha cometido, permitiéndonos de esta forma introducirnos en su perturbada mente y observar qué es lo que le ha llevado a actuar de esa manera.
Dominio público ], via Wikimedia Commons">Dominio público ], via Wikimedia Commons">Dominio público ], via Wikimedia Commons">La investigación y los asesinatos son un eje fundamental pero igualmente importante es la ambientación y el contexto histórico en el que se desarrollan estos hechos, dando lugar a lo que se puede considerar una línea argumental paralela. Como ya os comentaba en la crónica de la presentación, Noemí Sabugal ha realizado una excelente labor de documentación para escribir esta obra y eso se nota en cada una de las páginas. No solo incluye múltiples acontecimientos que sucedieron en los meses en los que transcurre su novela sino que refleja a la perfección el ambiente que se vivía en las calles de la ciudad, en los cafés o en la comisaría. Conocemos así el Madrid de entonces, Noemí nos mueve con maestría por sus calles y nos permite observar por ejemplo los tranvías o el sereno que vigilaba las noches chuzo en mano. Hay múltiples referencias que permiten al lector hacerse una idea de cada uno de los escenarios y de las diferencias que había entre esos años y los actuales, incluyendo como no las referidas a la sociedad. Además en algunas páginas la autora ha colocado algunos anuncios extraídos de la prensa de entonces que resultan muy curiosos y llamarán la atención del lector junto a algunos recortes de noticias.
La lectura de Al acecho acerca al lector determinados hechos ocurridos en dicho periodo como el intento de asesinato contra Jiménez Asúa, el atentado que se produjo durante la celebración del quinto aniversario de la República, la detención de José Antonio Primo de Rivera o la sublevación de los núcleos del ejército en Marruecos y Sevilla, sucesos que fueron dejando paso poco a poco al estallido de la Guerra Civil en julio de ese año. Queda retratado minuciosamente el ambiente que se vivía en las calles, llenas de gritos y conspiraciones, de consignas y amenazas que daban lugar a enfrentamientos que se sucedían en las mismas, en los cafés y en las tiendas. La ciudad vivía sumida en el miedo y la incertidumbre, todo era menos importante y como dice la autora "había que vivir deprisa" ya que "cada día podía ser el último".
Dominio público ], via Wikimedia Commons">Dominio público ], via Wikimedia Commons">Dominio público ], via Wikimedia Commons">Es por todo ello que he disfrutado mucho leyendo Al acecho y no podía evitar sentir una cierta curiosidad por descubrir cómo iba a resolver la autora el tema de los asesinatos. Me preocupaba que el desenlace no me convenciese, ya que casi desde el principio había depositado mis sospechas en un personaje y me daba la impresión de que era demasiado evidente, por lo que si resultaba estar en lo cierto me iba a decepcionar. Puede que aquí influyese el asistir a la presentación, ya que se tocaron algunos temas que me inclinaron a establecer mi hipótesis en torno a esta figura, pero aún así no me gustaba ese final. Es por eso que me ha gustado la resolución, un giro final que no había previsto y que ha conseguido que cierre el libro con la sensación de haber leído una novela bien planteada, desarrollada y con un cierre sorprendente y convincente.
Creo que llegados a este punto no es necesario que os diga cuál es la conclusión de todo esto. Al acecho me ha gustado mucho y recomiendo su lectura sin ninguna duda. Una novela muy bien documentada y con un estilo muy cuidado, que consigue trasladarnos a los meses previos al estallido de la Guerra Civil y observar el ambiente que se vivía en Madrid en los mismos al mismo tiempo que acompañamos a Julián Fierro en su investigación, manteniéndonos como dice su título "Al acecho" y en tensión por descubrir quién se esconde detrás de unos asesinatos sin causa aparente. Por mi parte, estoy deseando repetir con la prosa de Noemí y no dudaré en hacerme con su anterior novela El asesinato de Sócrates.
FUENTES: imagen autora https://www.facebook.com/noemi.sabugal
Gracias a Algaida por facilitarme el ejemplar ------------------------
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