Revista Diario

¡Al agua patos!

Por Sandra @sandraferrerv
¡Al agua patos!Hace unos días, una conocida de la familia que es dermatóloga nos decía que no era bueno bañar a los niños cada día. Algo que también he leído en algún libro de crianza de bebés. Pues yo soy de las que le gusta darles un bañito diario. Qué le vamos a hacer.
Afianzando la rutinaEl baño forma parte de nuestro ritual vespertino. Es el primer paso para empezar a bajar el ritmo en el largo camino hasta la cama. Es lo que yo le llamo un punto de inflexión. A partir de ese momento, los niños ya saben que se acabaron los juguetes y empieza la relajación. Al hacerlo cada día, creo que les ayuda a cimentar la rutina y les da seguridad. Pareceré exagerada, pero es como si sólo leyéramos los cuentos de ir a dormir un día sí y al otro no. Creo que no lo entenderían.
Diversión y relaxEl baño es un momento relativamente corto, que si no terminan como besuguitos arrugados. El tiempo justo para jugar un poquito con sus muñaquetes acuáticos a la vez que se van relajando. Me encanta verlos con su toalla de capucha puesta y con la mirada fija en el más allá. Se les acaban las pilas de golpe.
Tampoco hace falta frotar y frotarSupongo que nuestra amiga dermatóloga se refería a dar un baño de puesta a punto. Pero no hace falta rascar sus cuerpecitos con piedra pómez ni limpiarlos con un estropajo. Un poco de agua calentita y un poquito de jabón neutro en una esponja suave no creo que les haga mucho daño.
Cada familia es un mundoComo siempre digo, en cada casa se tienen sus propias rutinas y habrá madres que les vaya mejor bañar a sus hijos días alternos. Pues también me parece perfecto. Mientras no se pasen meses sin ver el agua a lo bruto medieval, seguro que están igual de limpios y sanos. Del mismo modo que las reglas y rutinas también se pueden romper en situaciones excepcionales. Y no pasa nada.

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