Tras un mes marcado por la abstención, la espiritualidad y la purificación del Ramadán, Pakistán afronta la llegada del Eid-ul-Fitr, fecha auspiciada por la luna y que marca el fin del ayuno, con esperanza y escepticismo. El último atentado terrorista, en la conflictiva provincia de la Frontera del Noroeste, con un saldo de 39 personas muertas y 54 heridas, ha recordado al gobierno que a pesar de la eliminación, el pasado 5 de agosto, de Baitulá Mehsud, una de las figuras claves del entramado talibán en Pakistán, en uno de los ya continuos bombardeos con aviones no tripulados de la CIA, no ha minado los ánimos de la línea dura talibán por hacerse con la autonomía de la zona. Mientras tanto, el gobierno de Barack Obama, consciente que para solucionar la anquilosada situación que atraviesa Afganistán hay que invertir en Pakistán, continúa con los preparativos de la primera cumbre de alto nivel del Grupo de Amigos de un Pakistán Democrático que acogerá Nueva York el próximo 24 de septiembre. A la cita acudirán sus homónimos presidenciales pakistaní y británico, Asif Alí Zardari y Gordon Brown. Mientras la gente aguanta estoicamente las últimas horas del día sin comer, Moshid ultima los preparativos en el patio de su casa, a escasos metros de su almacén de ropa ubicado en el barrio obrero de Shitara Marquet, en Islamabad. Los vendedores ambulantes tienen listo el aceite hirviendo para empezar a cocinar para sus habituales clientes. En frente, una mezquita recuerda las últimas oraciones antes de que se ponga el sol, momento que dará paso a un festín de comida y júbilo hasta la llegada del alba. Como ya viene siendo habitual, y junto a toda su familia, Moshid prepara bastante arroz para ofrecérselo a los más necesitados. Ninguno de la familia se queda aparte, hasta los más pequeños ayudan a la abuela a introducir la comida en bolsas de plástico. “debemos ayudar a aquellos que no tienen nada para comer, es nuestra obligación en estos días de Ramadán. Si no iríamos al infierno” explica mientras se sube a su honda hero para iniciar el reparto de comida. como muestra de caridad, que asegura “Diós agradecerá”. A escasos kilómetros, cerca del barrio de Aabpara Market,, un altercado en las filas que esperan el reparto gratuito de comida evoca en la memoria el trágico episodio registrado, la semana pasada, en una mezquita del distrito de Khori Garden, en la zona este de la ciudad de Karachi. Un tumulto acabó con la vida de catorce personas; murieron asfixiadas y aplastadas, en su mayoría mujeres y niños, mientras una ong repartía harina a la muchedumbre. La pobreza supera con creces el radicalismo islámico que transmite la opinión occidental. Final del RamadánDurante el transcurso del noveno mes, el Corán insta a todos los musulmanes mayores de edad, que dispongan de buena salud, a abstenerse de beber, fumar y comer durante las horas de sol, a excepción de las personas mayores, enfermos y mujeres que tengan la menstruación. El Ramadán conforma uno de los cinco pilares del islam y coincide con la fecha en la que Mahoma recibió la primera de las revelaciones del Corán. A lo largo de estos días la oración, la reflexión y el sacrificio han marcado la dinámica de los musulmanes que esperaban con la llegada de la luna llena el inicio de las celebraciones que se prolongarán durante tres días. “ El Ramadán nos enseña la lección del taqwa: la purificación de nuestras almas de todo tipo de demonios. Tras el ayuno, Alá nos recompensa con comida en abundancia. Son días de purificación y alegría” explica un miembro de la mezquita de Faisal, en Islamabad. Desde hace varios días, la población ha empezado a engalanar sus calles con decoraciones luminosas y esperan que el fin del Ramadán traiga cierta estabilidad y un nuevo aire de cambio. Mientras, millones de pakistaníes se han desplazado a sus pueblos natales para reencontrase con familiares, ofrecer oraciones a sus fallecidos y disfrutar de copiosos banquetes tras haber permanecido 28 días cumpliendo con las exigencias sagradas. . “Muchos jóvenes vienen de zonas remotas del país a estudiar a la capital, y gastan casi la mitad de las vacaciones de Eid en hacer largos y complicados viajes en tren, camino a su hogar” explica Troya, profesora de idiomas en la universidad de lenguas modernas de Islamabad. Tras observar la luna en varios puntos del país, el Presidente del Comité Central Ruet-i-Hilal, el Mufti Munib-ur-Rehman anunció el fin del Ramadán el domingo.