por Laura Carvajal De las situaciones más sufridas en una empresa tenemos la desmotivación, es tanto, el estrés corporativo que provoca al momento de toparte con este fenómeno que es causa de bajas laborales, de mala gestión de recursos e incluso de menosprecio a la política empresarial.
Las frases que escucharás en los equipos desmotivados serán las siguientes o quizás, muy parecidas:
- Me limito a cumplir lo que debo.
- Esta empresa es injusta, me exprime demasiado.
- Estoy cansado de tanto trabajar.
- Estoy exasperado, tengo miedo y no puedo permitirme perder mi trabajo.
- Los clientes me tienen obstinado.
- Mi jefe no tiene ni idea de lo que yo soy capaz de hacer.
- Controlan cada paso que doy, me siento agobiado.
- Esto no es vida, estoy agotado.
- Nadie me valora ni me aprecia de verdad.
- No tengo tiempo.
- No me siento necesario en esta empresa.
- No gano lo suficiente para llegar a fin de mes.
- Todo es urgente, nada es a tiempo.
- Mi jefe no me comprende.
Lo que desencadena en un desempeño profesional deplorable para este ser humano, veamos los efectos:
1.- Trabajo de alto grado de dificultad.
2.- Trabajo con gran demanda de atención.
3.- Actividades de gran responsabilidad.
4.- Funciones contradictorias.
5.- Creatividad e iniciativa restringidas.
6.- Exigencia de decisiones complejas.
7.- Cambios tecnológicos intempestivos.
8.- Ausencia de plan de vida laboral.
9.- Amenaza de demandas laborales.
Los efectos en la organización:
1.- Prácticas administrativas inapropiadas.
2.- Atribuciones ambiguas.
3.- Desinformación y rumores.
4.- Conflicto de autoridad.
5.- Trabajo burocrático.
6.- Planeación deficiente.
7.- Supervisión disciplinaria.
¿Qué hacer en estos casos?
Sincerar al equipo de trabajo que ha caído en desmotivación. Impulsando las habilidades, cualidades, potencialidades y características de cada uno de sus miembros. Recuperar la confianza en el trabajo realizado. Crear una relación de equipo, donde la primera relación es interdependiente: Nosotros “lo hacemos”. La segunda relación es lógica, donde cada uno piensa: “Entiendo cómo lo que yo hago ayuda a optimizar nuestro proceso”. La tercera relación, es emocional y consigue la motivación de más alto estándar: “Disfruto pertenecer a un equipo”.
Trabajar en la inteligencia emocional del equipo para llevarlos a ser personas capaces de relacionarse, para que puedan conducirse de la siguiente manera:
-Respeto hacia los otros.
-Analiza y luego actúa.
-Valora las semejanzas.
-Busca acuerdos.
-Se diferencian las actuaciones de las personas.
-Busca la paz.
-Integra cooperación, adaptación y compromiso.
Todos estos pasos se llevan a cabo en procesos de motivación, como seminarios, talleres e incluso conferencias, lo más apropiado es trabajar con dinámicas de trabajo en equipo para incentivar los métodos de integración.
“El aprendizaje en equipo es el proceso de alinear y desarrollar la capacidad del equipo para crear los resultados deseados por sus integrantes. Se construye sobre la disciplina del desarrollo de una visión compartida. También se construye con maestría personal.” Peter Senge
Autora Laura Carvajal
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