No sólo porque subirte a una embarcación que te alejará de la orilla da placer en sí, sino porque te permite ver la Bahía de Cádiz en aspecto paisajístico, y también en el plano económico e industrial. Los Astilleros son y han sido una actividad fundamental en esta provincia, y este paseo te lleva al Astillero madre de la Bahía, que hoy sigue en funcionamiento bajo la enseña de Navantia, pero que marcó la historia industrial de Cádiz desde finales del Siglo XIX.
El atraque en Puerto Real
El Museo es un proyecto verdaderamente interesante, no sólo porque pone en valor el patrimonio industrial, sino porque rescata de la ignominia un espacio de la Bahía que permite conocer cómo se estructuraba la economía y cómo se vivía en los Astilleros.
La verdad es que para los que no estamos embebidos de la cultura de la zona, llegar al muelle del Astillero es toda una sorpresa. Escenario singular como pocos, esa mezcla de mar y de cemento, en medio de un paisaje bello; esas dimensiones pantagruelicas de las grúas que sobrecogen un poco la escala humana; esos contrastes entre trabajo y religión que se practicaban en el Astillero; todo eso, hacen que la visita sea realmente interesante.
Los orígenes de esta instalación son el antiguo astillero de Matagorda, que desde 1878 y durante más de un siglo, dió lugar a que cuatro compañías se hayan sucedido hasta que se construyó el Dique grande. Esta es una zona histórica en la que se puede ver el Dique de Caruelas mandado a construir por Antonio López y López, el marqués de Comillas, un personaje cuya historia no se puede soslayar cuando se visita este lugar. Nos situamos a finales del siglo XIX en la que este santanderino de origen humilde conoce a una catalana adinerada de apellido Brú y se casa. Antonio parte a las Américas y evidentemente con disposición empresarial, se hace con los negocios de correos entre España y las Américas. Se le atribuyen negocios "negreros" también como origen de su fortuna, pero lo relevante aquí es saber que funda la compañía Transatlántica que da origen a este astillero.
Su hijo Claudio mandó a construir la capilla tan sorprendente que se encuentra aquí , junto a la estatua de su padre, que yace en una columna que homenajea a todos los lugares trascendentes en la vida de la familia: Santander, Barcelona, Cuba y Cádiz. La capilla tiene el techo desmontable remedando a templos orientales, es de estilo neorománico, y parece un diamante artístico en medio de ese escenario de macro construcciones navales.También se puede visitar la escuela taller en el que hay unas láminas que acreditan por fechas todos los barcos que se han construído en todos los Astilleros de la provincia desde 1878 hasta la fecha, y en el que adquieres la verdadera dimensión de la industria.
El homenaje a Antonio López y López , personaje ineludible en la historia del Astillero
Finalmente se visita el museo, que tiene cuatro salas, en donde hay infinidad de documentos y fotos que conservan la memoria de más de un siglo de construcción y reparación de barcos, un vídeo con algunos documentos en imágenes, y varios enseres que hacen a la labor de los astilleros.
Los antiguos remolcadores de la Bahía
También se visita el antiguo Taller de Forja, decorado con placas que retratan todos los barcos construídos en los cuatro astilleros de la provincia de Cádiz. Hoy también en este espacio se realizan eventos.
Otro de los grandes atractivos de este paseo es pasar por debajo del puente de La Pepa, una macro obra de ingeniería que unirá Cádiz con Puerto Real, y que de momento está a medio terminar, lo que le dá al paisaje una dimensión inusual, de la que sólo las imágenes hablan.
La instalación del fondo es el área museística y de archivos
ACCESIBILIDAD Y MASCOTAS
La Empresa AL BARCO se lleva un Sobresaliente en adaptación al turismo moderno, ya que se accede al barco a través de una rampa mecánica que permite el abordaje de personas con Movilidad Reducida. A la vez, admiten perros de dimensiones pequeñas, por lo cual es un excelente paseo para realizar en familia sin dejar a nadie en casa.