El gobierno español no es el único que ha adoptado medidas de ajuste, pero escuchando lo que se escucha en la calle, cualquiera diría que sí. Si las comparamos con las aprobadas por países "no rescatados" como Alemania, Francia, Reino Unido o Italia, seguramente concluyamos que todavía pueden caer unas cuantas más, y no de las que hacen mucha pupa, sino de las que directamente amputan. Somos el objetivo de los especuladores financieros, que llevan varios meses colocándonos al borde de un abismo del que nos vamos librando, y vemos cómo la bolsa sube si el Constitucional alemán respalda los rescates, y baja si Obama aprueba un plan para crear empleo o se rumorea que Grecia amenaza suspensión de pagos. No importa que se reduzca nuestro déficit, exportemos más que antes de la crisis, nos elogien desde Europa o reformemos nuestra Constitución. Nuestra prima de riesgo no entiende de hechos objetivos y menos si están en casa. Con todo lo que ha caído, y la que sigue cayendo, parece que hay quien está deseando que, de una vez por todas, se materialice la caída y se aprueben (porque entonces ya no quedará otra) los recortes que ya conocen Grecia, Irlanda o Portugal. Aunque no haya gangrena, los hay que están ansiosos por cortar de cuajo. Ellos sabrán qué obtienen a cambio de todo este despropósito que nadie entiende, pero del que todo el mundo habla. Imagen: nanocartoon.
