Revista Religión
“En el año undécimo, el día primero del mes, vino a mí la palabra del Señor: “Hijo de hombre, por cuanto Tiro ha dicho acerca de Jerusalén: ‘¡Ajá!, la puerta de los pueblos está rota, se abrió para mí, me llenaré, ya que ella está asolada,’ por tanto, así dice el Señor Dios: ‘Yo estoy contra ti, Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas.”
La soberbia es algo complicado, en este pasaje lo vemos a nivel de naciones y como se menosprecian unas a otras trayendo consecuencias nefastas para sus habitantes, pero el menosprecio es algo que afecta todas las esferas de la vida, desde familiares que se menosprecian entre si, compañeros de estudio y de trabajo.
Hay un dicho en Colombia que es “al caído caerle”, habla de como muchas veces a las personas nos pasa algo malo y los que están alrededor en vez de ayudarnos nos hacen más daño aún, con sus comentarios, con sus criticas, etc.
Es muy interesante este pasaje, porque Dios mismo había enviado sobre Jerusalén juicio por causa de la soberbia, pero no admite que otros la juzguen, ¿por qué? porque solo el Señor es Juez.
Esto nos enseña montones como seguidores de Jesús, cuantas veces cuando alguien esta mal por causa de una situación pecaminosa en su vida, decimos “si ve, por pecador y lo que aún le falta por sufrir”, en vez de tener misericordia y ayudarlo, con nuestros comentarios lo que hacemos es hundirlo aún más.
¿Cómo actuamos cuando algun hermano esta en una situación compleja? Nuestra primera reacción es “¿cómo podemos ayudarlo?” o será “¿quien sabe que habra hecho para merecer eso?”
Padre, ayúdanos a recordar siempre que nuestro llamado es al amor y la misericordia mutua, y aunque la exhortación tiene su lugar, que nunca confundamos el juzgar y hundir con el exhortar a otros.
-Inspirado en el pasaje de Ezequiel 26:1-21.