Por aquí ha llovido lo que no está en los escritos, agua, muchísima agua, tanto que para salir a la calle casi que mejor ponerse el neopreno, las bombonas y las aletas. Y claro, cuando llueve como si el fin del mundo hubiese llegado, no hay cole. ¡No hay cole! Es oír eso y ver como las caras de los padres se desencajan, las llamadas de teléfono se multiplican y la gente pierde el oremus buscando como deshacerse de los críos. Cunde el pánico, tanto como para culpar de la lluvia a AEMET en el twitter (os juro que lo he leído). En estos momentos es cuando reparamos en aquellos que se parten el espinazo para intentar enseñar algo a los críos esos que están a punto de hacer que te inmoles a lo bonzo en mitad del pasillo, de pura desesperación. Si, esos que muchas veces crees que sólo por dejar en el cole te los van a devolver civilizados porque no queremos entender que en el cole se aprende pero en casa se educa. Me refiero a los profes que trabajan por tus hijos y a los que no se les presta la suficiente atención y que batallan si ni siquiera tienen una Ley educativa que no sea más que un arma arrojadiza entre los gobiernos de turno. Y así nos va.
Resulta que vivimos en un país en el que uno de cada tres alumnos repite curso lo que nos deja con el dudoso honor de tener la tasa más alta de los países desarrollados, 16 puntos por encima de la media europea, y unas tasas de abandono escolar inaceptables, unos resultados en el informe Pisa lamentables. Y así en todo, parece que no nos importe demasiado la educación de nuestros propios hijos. Ya lo lamentaremos, de hecho creo que ya hemos empezado a hacerlo cuando nos quejamos al ver que se nos llenan las calles de cerriles que gritan cualquier cosa.
Pues bien, como no teníamos bastante desaguisado ahora nuestro gobierno se nos ha aparecido con OTRO borrador de Ley de Educación en la que se anuncian a bombo y platillo cosas maravillosas como que existan planes personalizados para repetidores, eliminar las reválidas, retomar la enseñanza de la filosofía (que nos hace personas), acabar con la Religión obligatoria en Bachillerato, retocar los conciertos de los centros para evitar guetos o recuperar la educación para la ciudadanía, que por otra parte nos hace muchísima falta en este mundo en el que vivimos donde cada día vamos perdiendo las formas y nos van convirtiendo en animales de carga.
En principio dan ganas de gritar tres hurras por el final del “Werticidio” pero es que ya llevamos en este país nada más y nada menos que SEIS leyes educativas desde 1980 y eso da que pensar cosas como que están jugando con la educación de nuestros hijos que pueden pasar por dos o tres leyes educativas a lo largo de su paso por el cole y así es difícil sacar algo en claro. Gobierno que llega, gobierno que impone su ley y así seis leyes en 40 años, eso no parece serio, ¿verdad?.
Seguro que estamos todos de acuerdo en que nuestros hijos son lo más importante y que es urgente conseguir una educación decente pero también lo es la estabilidad para conseguirlo. ¿Tan difícil es intentar un pacto por la educación en el que intervengan los profesores y que vaya más allá de los caprichos de cada gobierno? Con esto puede que consiguiésemos estabilidad, incluso que todo el arco político viese la necesidad de sentarse a hablar aunque sea para “salir en la foto” lo más guapo posible. Pero no es suficiente, para que lo sea hace falta lo de siempre el presupuesto suficiente para llevarlo a cabo o no vamos a conseguir nada en este mundo que se mueve a velocidades ultrasónicas y en eso estamos, en que sólo se destinará “el parné” si se cree en lo que se hace y yo ya no se si de verdad nuestros políticos creen honestamente que es necesario y urgente tener una buena educación o prefieren gastarlo en otros asuntos.
Y existe algo más importante todavía, necesitamos que la figura del Profe sea valorada social y económicamente, que valoremos el papel que desempeñan con nuestros hijos. Piensa que si la tarea del médico es importante porque te salva la vida no olvides que fueron los “profes” los que formaron a este profesional y así en todo. Pero bueno, igual preferimos seguir pensando en la suerte de los profes que no tienen cole cuando llueve… Tú mismo.