La liebre es un amiguito que le lleva dos años de diferencia al conejito Fito. Y cuando va a visitarlo nunca le pide permiso para usar sus juguetes.
Esto hace que el conejito Fito se ponga muy triste, que casi no hable y se ponga a llorar en silencio.
Papá conejo que nota la tristeza de su pequeño conejito lo abraza y llamando a la liebre se sienta con ambos y les explica con cariño:
_ Liebre, debes aprender a pedir permiso antes de usar los juguetes del conejito Fito y también darle las gracias. Algo igualmente importante, es pedir perdón y compartir.
Con este consejo la liebre se acercó al conejito Fito y le dio un abrazo súper fuerte para que dejara de llorar.
Acto seguido le pidió perdón y le invitó a jugar juntos.
Desde ese día la liebre entendió cuán importante es aprender a pedir permiso para usar las cosas de los demás.
Autora: María Abreu
No niegues un favor a quien te lo pida, si en tu mano está el otorgarlo. (Proverbios 3: 27