Al menos 300 personas han muerto a causa de las tormentas y tornados que han caído sobre el sureste de Estados Unidos.
Según han informado medios estadounidenses, las tempestades, que se han cobrado vidas en cinco estados, dejaron franjas de destrucción desde Misisipi a Georgia, y devastaron la ciudad de Tuscaloosa, en Alabama.
El presidente Barack Obama calificó la pérdida de vidas de "desgarradora" y los destrozos en hogares y negocios como "catastróficos", por lo que prometió una fuerte ayuda federal para la reconstrucción y un plan para revisar los daños el viernes.
Los poderosos tornados -más de 160 en total- se unieron a tormentas para dejar un rastro de destrucción en su avance de oeste a este del país durante varios días. Es el peor desastre natural en Estados Unidos desde el huracán Katrina en 2005, que causó la muerte de 1.800 personas.