Revista Cultura y Ocio

Al morir don Quijote

Publicado el 01 enero 2020 por Rubencastillo
Al morir don Quijote
Todos nos hemos preguntado en alguna ocasión qué podría suceder en un libro cuando se agota su última página; de qué manera se prolongarían las vidas de sus protagonistas, en caso de ser personas de carne y hueso. ¿Cómo envejeció Odiseo y cuáles fueron sus relaciones con Telémaco, una vez que ingresó en la senectud? ¿De qué manera vio a sus semejantes Juan Pablo Castel a partir del punto final de su historia impresa? ¿Con quién se casó la hermana de Gregor Samsa y qué enfermedades o hijos tuvo durante la madurez? ¿Cuánto tiempo lloraron Pleberio y Alisa, en este valle de lágrimas, la muerte de su única hija? El leonés Andrés Trapiello se atreve a enfrentarse en este volumen novelesco a los personajes que protagonizaban la historia más famosa de Miguel de Cervantes: Don Quijote de la Mancha.El reto era de tal calibre, de tanta magnitud, de tanto riesgo, que no podía ser asumido por cualquiera: sólo un escritor musculoso de vocabulario y sazonado de erudiciones, podía acometer la titánica proeza con garantías de entregar a los lectores un libro perdurable. Y Trapiello, con la valentía de quien ama mucho a las criaturas cervantinas y las ha pensado y sentido durante lecturas y relecturas, acepta el desafío y compone Al morir don Quijote, un generoso despliegue de paisajes y oficios, un decantado fresco sobre La Mancha del siglo XVII, un fino tratado sobre las más altas y las más bajas pasiones humanas, una sólida propuesta de continuación donde descubrimos los mil y un detalles que ni Cide Hamete Benengeli ni Cervantes pudieron o quisieron trasladarnos: las rencillas larvadas entre la sobrina (Antonia) y el ama (Quiteria), que se aman y se odian alternadamente; las asechanzas mezquinas del criado (Cebadón), que se siente crecido desde que su amo cerró los ojos para siempre; la melancolía extrema que sacude al bueno de Sancho Panza, que se obstina en aprender a leer para degustar por sí mismo la historia de sus aventuras, que ya corre en letra impresa; las veleidades literarias y amatorias que galvanizan al bachiller Sansón Carrasco; el cinismo de los duques, que acometen la avilantez de acercarse hasta el pueblo de don Quijote para seguirlo escarneciendo y burlándose de su locura, sin saber que hace ya varias semanas que entregó el alma a Dios.Todo el universo externo e interno de estos personajes ha sido cuidado por Andrés Trapiello de manera meticulosa, con mimo exquisito; y el resultado es una novela que, arriesgada y solvente, se disfruta de principio a fin.Irrenunciable.

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