Mustafa Nadarevic y Goran Paskaljevic. Fotografías de Doc Pastor
Misha (Mustafa Nadarevic) es un anciano profesor de música que descubre, 20 años después de que sus padres muriesen, que era adoptado. Su verdadera familia murió en el campo de concentración judío de Belgrado. Allí es donde su padre biológico, Isaac Weiss, entierra una caja de latón donde guarda una carta de despedida, una foto de familia y una partitura inacabada, llamada ‘Al nacer el día’.
Esa era la melodía que él y sus compañeros cantaban para poder sobrevivir con menos tristeza a las duras condiciones en el ‘Judenlanger’ de Selim, hasta el día de su exterminio. La última obra de Goran Paskaljevic se titula así, ‘Al nacer el día’; pero no es la historia de una canción, sino de todo lo que le rodea.
Y es que a partir de ese acontecimiento, Misha terminará de componer la partitura e intentará hacer un rendido homenaje al padre y a la madre que nunca conoció. Para ello pasará por las dificultades de conseguir un cantante, y unos músicos que le acompañen. Incluso se encuentra hasta con la negativa de su hijo, también músico.
“Desgraciadamente, mis hijos tampoco tienen tiempo para mí”, comentaba Paskaljevic, en rueda de prensa. El director quería en la película mostrar el abandono familiar, pero también la soledad, la vejez o la búsqueda de la identidad. Hacer una película que tratase temas diversos a diferentes.
El más explícito de todos quizás sea aquel basado en un hecho real, y es que, el campo de concentración de Belgrado es el único en toda Europa que no cuenta con un monumento a las masacres que allí se produjeron. “Los jóvenes no tienen tiempo para recordar el pasado”, decía Paskaljevic “y será un problema en Serbia”.
Un país que dejó escapar en su momento, la posibilidad de recordar a todos quienes murieron en aquel campo, no sólo nacionales, sino también de toda Europa, al convertirse luego en un campo de deportación.
Y la emoción. Ante todo, Paskaljevic intentaba emocionar. Así lo explicaba él en rueda de prensa, y describía cómo la mitad del público asistente a su proyección en el Festival de Toronto había llorado. También lo consiguió en el Teatro Calderón, incluso aquellas lágrimas de las miradas más duras.
Es lo que consigue un autor que sabe contar historias, y manejar el guión (escrito junto con Filip David) para llevar al público por donde él quiere, y conmoverlo. ‘Al nacer el día’ es una película que luce, y bastante redonda.
Goran Paskaljevic en rueda de prensa
Durante esta 57 Seminci, la cuarta Espiga de Oro podría haber caído en manos de Goran Paskaljevic, y el largometraje había causado expectativas suficientes como para pensar seriamente en esta posibilidad.
Finalmente la Espiga viajó a Marruecos, y ‘Al nacer el día’ se fue con las manos vacías. Según el jurado y de muchos de los críticos, este último largo no estaba a la altura de ‘La otra américa’, o ‘Lunas de miel’, otras películas sí galardonadas en Seminci. Pues quizás para otro año, Paskaljevic: tus filmes, en Valladolid, serán bien recibidos.
Dafne Calvo
Por afecto o por defecto, pero me encanta el periodismo. Sueño con un mundo dibujado sobre viñetas, donde esté prohibido comer palomitas en el cine.
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