Revista Cuba

Al que no quiere caldo: Halloween se apodera de Cuba

Publicado el 31 octubre 2016 por Yusnaby Pérez @yusnaby
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Oficialmente no hay tienda de disfraces. La gente en realidad se pasa el año disfrazada con lo que encuentra. La meta no es disfrazarse por fecha alguna. La tendencia es obligatoria. Donde no hay nada para escoger la gente anda todo el tiempo disfrazada. Sin embargo, a pesar de los pesares, cada año es mayor el número de gente que se suma a las celebraciones de Halloween en Cuba.

Calabazas de las del agro tienen dentro linternas parpadeantes. La abuela de la casa pide que le manoseen la vianda que seguramente irá a parar a un buen potaje. La gente se disfraza con esqueletos, brujas y hasta verdugos. El sereno de una secundaria básica, ha forrado a hijos y nietos con los huesos de un supuesto esqueleto, con el que se dan clases de anatomía en la escuela que debería cuidar en las noches. Nada importa. Todo vale. Es la fiesta de halloween.

“Hasta en eso ha hecho escollo el dichoso paquete. Aquí nadie sabe que rayo es el halloween, pero lo ven y lo copian en los canales de afuera”, dice Dunia Almarales, una abuela que a pesar de las quejas adapta una vieja blusa en disfraz para su nieta.

Halloween se celebra en la víspera de todos los santos, el 31 de octubre. Es fruto del sincretismo originado por la cristianización, a sólo horas del día de los fieles difuntos, y otras tradiciones que permanecen en la conciencia colectiva.

Pero ni lo uno ni lo otro tienen nada que ver con la Cuba alejada del mundo y de los rituales derivados de la vida cristiana.

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Sin embargo la furia por Halloween o Noche de Brujas es grande y poderosa.

“Esta es la primera noche de brujas después que vino Obama. Ahora sin va a ser en grande”, dice entusiasmada una maestra retirada del municipio 10 de Octubre. “Yo no creo que formar parte de lo que se festeja en el mundo traiga ningún tipo de problemas para Cuba. No se puede ser tan extremistas. Todos los extremos son malos. Y nosotros somos un ejemplo de eso, somos extremistas sobrevivientes”, apuntó.

Desde una tienda de disfraces en Miami viajaron hasta la isla todos los diseños que ha usado la familia Ibarra González de Santiago de Cuba este año en su Halloween a lo cubano. René Ibarra tiene visa por 5 años y viaja frecuentemente a los EE.UU. Hace un par de semanas nos contó el motivo de su más reciente viaje en la primera quincena de octubre de este 2016: “Mis nietos me han pedido los disfraces de Halloween con nombre y apellidos. Los superhéroes es el disfraz de los varones. Dora la exploradora y las brujas de las películas y los cuentos de hadas es lo que quieren las hembras. Tengo 4 hijos y 9 nietos. No tengo opción. Los abuelos sabemos que a ciertas edades los nietos mandan”.

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Contrario a lo que se estila en otras latitudes, las fiestas de Halloween a lo cubano no saben de composiciones góticas ni de las estridencias de las brujas y sus musicales oscuros mayormente rockeros. Las fiesta de Halloween en Cuba conservan la sabrosura de los reguetones. Los caramelos más vistos en las canastas son los típicos pirulí de toda la vida. La gente se adapta a sus circunstancias, pero no permiten que ningún régimen les obstruya la única libertad que conservan: la de divertirse por sobre todas las cosas.

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