La crisis, esa pandemia que a nivel mundial ha dejado paralizado el mundo, también ha servido para abrirnos los ojos, para enseñarnos los despilfarros que hemos cometido y decirnos claramente que nos habíamos acomodado.
¿Y en el sector forestal? Pues desde mi punto de vista también. Hemos vivido años muy buenos, con grandes proyectos forestales en los que se invertía sin problema y cuando empezaron los primeros recortes no supimos ver las orejas al lobo y esperábamos que las subvenciones rentabilizasen nuestros proyectos…
Nos habíamos acomodado. Y ahora toca cambiar de actitud, dejar de pensar en subvenciones y empezar a pensar en aprovechamientos, en sostenibilidad y sobretodo en montes. Y no me refiero sólo a los montes de los famosos catálogos de utilidad pública, me refiero a todos los montes, los de gestión pública y los de gestión privada.
Tenemos una importante misión, enseñar a los propietarios forestales que esos montes que tantos quebraderos de cabeza les supone, pueden ser una gran fuente de ingresos, incluso sin subvenciones. Y esta misión sólo se puede acometer dándole a la cabeza, mejorando, investigando e invirtiendo en el desarrollo del sector.
Yo estoy convencido de que esta crisis es la gran oportunidad del sector forestal.
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