Estuve viendo en ‘La sexta’ el programa extra de ‘Al rojo vivo’. Participaban algunos tertulianos entre los cuales estaba, Trinidad Jiménez, dos contertulios mas, el director de ‘La Razón’ Paco Marhuenda, Eduardo Inda y Fernando Berlín. Uno de los temas a debate era la actuación de la policía últimamente, y su brutalidad en demasiadas ocasiones.
En el debate dos tendencias, una personificada en los señores Indra y Marhuenda justificadora de tales violencias y otra condenatoria de las mismas en el resto. El programa muestra las agresiones del 25-S, y la agresión a un dirigente sindical del CIGA en Galicia por un montón de polis que le amenazan gritan y pegan mientras le sujetan en el suelo. Conectan con este dirigente sindical, el cual denuncia que ha sido víctima de torturas en la comisaría, remarcando varias veces que lo peor es la agresión ‘al ego’ dice él, la pérdida de autoestima, el sentimiento de sentirse agredido, en comisaría por policías puñetazos, golpes, insultos, grilletes… mientras otros polis lo ven sin decir nada.
A este señor le corta de mala manera el Sr. Inda acusándole de mentiroso, ‘¿torturas? pues no se le ve, nada, hubieran quedado señales…los de Eta también lo denuncian…’ ¿Habrase visto golfería fascistoide?, aprovechando su facilidad ya que era uno de los tertulianos con tiempo para hablar en el programa –además dispone de medios de prensa radio y televisión para explayarse cuando y cuanto quiera, vinculados a Veo7, El Mundo, Marca…-, se permite acorralar a una persona que cuenta haber sufrido dos agresiones, una que muestra la cámara en su detención sangrando por una brecha en la cabeza y otra que cuenta aportando un testimonio valiente que sabe puede costar represalias. ¿Por qué negarlo de inmediato un espectador como Inda? ¿Por qué justificar que la poli no pega porque hay cámaras en las comisarías que dice Marhuendo? señores que hay zonas en las comisarias que no cubren las cámaras, ¿por qué negar la evidencia de brutalidad policial en las manifestaciones como muestran innumerables imágenes de televisiones, o vídeos en YouTube?
Porque tienen intereses en la defensa del Gobierno del PP, evidentemente, y lo que es peor, porque tienen la filosofía de justificar a los cuerpos de orden público cuando estos defienden a los poderosos atentando contra los débiles. Es inaudito que estos caballeros no defiendan actuaciones policiales semejantes ante delincuentes como los que ayer mismo alentaron violaciones contra las mujeres, o contra gestores y directivos financieros que han conducido este país al desastre, llenando de millones algunos bolsillos mientras dejaban cajas quebradas y al Estado tambaleándose por destinar miles de millones de euros para tapar sus tropelías detrayéndolos de servicios públicos esenciales.
En medio de la discusión el Sr. Indra se atreve a insultar llamándole ‘fascistoide’, varias veces a Fernando Berlín, por criticar la actuación de un poli violento, chuleta y machito que da un empujón de muy mala manera a dos personas de elevada edad que están junto con otras pocas, mirando un desahucio tras un cordón policial, separado por una baya metálica. En el vídeo se ve –además de cómo blocan a una joven-, a un poli, machote él, subiendo apresuradamente fuera de tono hacia el grupo de mirones y tras pasar delante de sus compañeros policías, los cuales no veían nada grave en el público, este ‘machote’ se abalanza a pegar empujones con la porra, incluso a esta pareja de avanzada edad. Por criticar esta violencia policial sin sentido, el Sr. Indra llama fascista al Sr. Berlín, a pesar de que la crítica se circunscribe a las actuaciones concretas visionadas en los vídeos públicos que se conocen. -Uno se pregunta si dirían lo mismo de ser sus padres los empujados, recordando aquel parlamentario vasco que disculpaba la kale borroca hasta que un día incendiaron un autobús en el que viajaba su madre-. Lo ocurrido en el plató de La Sexta es sintomático de que estamos caminando sobre el borde de un muro. Algo huele mal en la ética de mucha gente derechista de este país, cuando trata de justificar su comportamiento ‘fascistoide’, acusando a gente educada de ser facha. Y cuando no se atreve a condenar actos salvajes reprobables en cualquier caso, con cualquier gobierno, en cualquier país.Y algo va mal, porque su cabeza les dice que fascista, facha, fascistoide, son insultos, y lo son, porque definen comportamientos despreciables que quieren imputar a los oponentes por descalificación, cuando son ellos los defensores del uso de violencia de poderosos contra los débiles. Son comportamientos condenables, todos aquellos en los que individuos armados, entrenados, en plenitud de fortaleza física, con equipos y medios para repeler agresiones, agrupados en ‘manada’, ejercen violencia sobre ciudadanos desarmados, no preparados, no entrenados, que en ningún caso representan una amenaza para personas o cosas. Tratar de amedrantar a la población con estos comportamientos fascistoides, solo traerá mayor violencia. Y deslegitima las instituciones.