Escena verídica ocurrida en la baja Andalucía una tarde cualquiera con motivo del retorno del sol rotundo. Niña llega a casa con los zapatos destrozaos, acaso con la suela levantá, y su madre, ni corta ni avariciosa, le seca las lágrimas, recurre al consuelo de la suela escacharrá, besa a la chica pizpireta y le dice que no se aflija, que todo tiene arreglo, llevaremos los zapatos al zapatero. Remendón. ¡Al zapatero no! exclama azorada la pobre muchacha, ¡al zapatero no! Qué habrá escuchao la niña en la casa, cuántas barbaridades sobre la familia del susodicho se habrán dicho en esa casa pa que la niña reaccione de ese modo. Pa miedo, la niña de Rajoy. Estamos rodeados. Vaya plan.