Revista Opinión

Alá es otro dios

Publicado el 19 noviembre 2015 por Cronicasbarbaras

Desde su ventana en el Vaticano el Papa Francisco proclamó tras los atentados de París que “matar en nombre de Dios es una abominación”, con lo que identificó a Alá con el Dios judeocristiano, que es muy diferente, como advierten los teólogos más respetados.

Bergoglio sabe que el Dios de los judíos, y de los cristianos a través de Jesús, configura la doctrina judaica y elige como suyo al pueblo judío, como aparece en el Antiguo Testamento, que con el Nuevo es un conjunto de libros básicos del cristianismo.

Sabe también que Alá tiene otro origen. Hasta Mahoma (570-632) Alá era una de las 360 deidades árabes con los nombres grabados desde mucho antes en la Piedra Negra, el meteorito oculto en la Kaaba, alrededor de la que rezan los musulmanes en La Meca.

Alá era el dios Luna de los sumerios, adoptado como propio por la tribu de Mahoma, los Quraish.

En sus revelaciones, iniciadas alrededor de 610, el arcángel Gabriel le ordena a Mahoma que destruya los ídolos de todos los dioses y que declare a Alá el único. Lo impregna además con algunas doctrinas judías y cristianas, aprendidas superficialmente en viajes o con viajeros de caravanas.

Para reducir el número de guerras que generaron sus prédicas exigencias provocaron con los politeístas , conservó, entre otras, algunas tradiciones como la Piedra Negra, justificándola como lugar de descanso de Abraham, la de peregrinar e inclinarse hacia La Meca, las siete vueltas a la Kaaba, arrojarle piedras a Satanás y ayunos y calendario según los ciclos lunares.

Alá no es el Dios de Bergoglio, un astuto jesuita que debe tener algún motivo oculto para identificar el suyo con el de los musulmanes: otro de los misterios no revelados del catolicismo.

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SALAS

Tira Salas 5284


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