Revista Opinión
El caso de los controladores y la respuesta del Gobierno decretando el "estado de alarma" ha tenido como consecuencia que me quedara así: alarmada, atónita y alucinada, como poco. Habría muchos más adjetivos para definir mi estado de ánimo.
La primera pregunta que se me ocurre es cuál es la razón que pueda tener un colectivo como los controladores que con una media salarial de 200.000 euros anuales deciden hacer un plante al estado y dejar, como consecuencia, a más de 330.000 pasajeros en tierra.
Como cualquier otro colectivo, su derecho a la huelga nadie lo pone en duda, pero la huelga tiene unos tempos y unas normas que aquí no se han dado. Simple y llanamente han "abandonado su puesto de trabajo". Nuestra ordenación jurídica contempla este hecho y prevé consecuencias muy graves para quienes incurran en los mismos.
Dicho todo lo anterior, no les oculto que me ha dejado profundamente preocupada que el Gobierno no haya encontrado una solución diferente y haya recurrido a una medida tan excepcional y tan determinante como la declaración del estado de alerta.
¡Me ha producido una alarma infinita!
Antes de despedirme e intentar relajarme en este sábado, cosa compleja porque la actualidad invade nuestro espacio más privado, si me gustaría decir dos o tres cosas más:
* A los controladores, que este plante es ilegal e ilegítimo. Espero que se les exijan responsabilidades.
* Al Gobierno, que analice el porqué se ha llegado a esta situción tan extrema y si no se podría haber "roto" mucho antes los privilegios de este colectivo, cerrado y clasista.
* Tambien al Gobierno, pedirles que me gustaría actuaran con contundencia cuando se dan otras prácticas, también ilegales, ilegítimas y asociales, como las realizadas por las entidades financieras, pongo por caso. Aún estamos esperando que se les exijan responsabilidades a este respecto.
* Exigir al Gobierno que las medidas contundentes no puedan significar en ningún caso la militarización de nuestras vidas. Deberán evitar, por todos los medios, recurrir a medidas tan extremas como la declaración del estado de alerta. NO. NUNCA.
De este tema han hablado estos blogueros, entre otros:
Kabila
Moral y Política
Ceros a la izquierda
Noreaixo
Quién mucho abarca
Amanece que no es poco