Se presenta Alasdair junto con la violonchelista norteamericana Natalie Haas, con quien forma dúo artístico desde hace ya varios lustros, una vez que quedó atrás su etapa con Paul Machlis y la posterior con la banda Skyedance. La fórmula de violín y violonchelo puede parecer algo restrictiva pero cuando se cuenta con el apoyo de una tradición musical como la escocesa para suministrar el repertorio principal, la cosa cambia mucho. Poco podemos añadir ya sobre el virtuosismo tantas veces probado de Alasdair con el violín pero es que su acompañante no le anda a la zaga. Formada en el Berklee College of Music y en la Juillard School, compagina su tarea como intérprete con la docente impartiendo clases en la primera de las instituciones mencionadas. Ignoramos el motivo de su inclinación por la tradición escocesa pero lo cierto es que su forma de interpretar no choca en absoluto y consigue que olvidemos que su instrumento no forma parte precisamente de los más habituales a la hora de ejecutar las danzas y baladas de aquella tradición.
Hay toda una evolución en la música de Alasdair Fraser, quien parecía más inclinado años atrás a centrarse en el repertorio “canónico” de la música de su país, buceando en los libros de composiciones de los últimos siglos. Ahora, incorpora a su repertorio piezas de sus contemporáneos como Phil Cunningham e incluso de músicos mucho más jóvenes que él como el antiguo violinista de Wolfstone, Duncan Chisholm, de quien interpreta una composición en su programa para esta gira. Tampoco se circunscribe ya su música a la tradición propiamente escocesa de modo que en el concierto de ayer pudimos disfrutar de temas bretones, escandinavos o gallegos o de guiños al jazz con una tonada que el mismo Fraser, siempre afable y comunicativo a pesar de no atreverse aún con el idioma español (algo que sí hizo su acompañante), describió como lo que podría haber tocado Django Reinhardt en una noche de fiesta en las Highlands con la compañía de varias copas del tradicional líquido ámbar de aquellas tierras.
Fraser y Haas durante el concierto de ayer.
El concierto nos ofreció un recorrido por los trabajos más recientes del violinista grabados en compañía de Haas y apenas hubo hueco para piezas más antiguas en su discografía aunque no faltó su inmortal “Theme for Scotland” acompañado de comentarios envueltos en un cierto halo de resignación tras el reciente referéndum escocés en el que sus compatriotas rechazaron la posibilidad de hacer realidad el sueño de muchos siglos de una buena parte del país. Recordemos que Fraser, como muchos otros músicos tradicionales escoceses, era un firme partidario de la independencia e incluso le ha dedicado una composición a Alex Salmond, primer ministro escocés hasta horas después de la votación, quien visitó a Fraser en alguna ocasión durante sus abundantes seminarios de violín.
Si tenéis la oportunidad aún de asistir a alguno de los conciertos que restan de la gira de Fraser y Haas, aprovechadla. No saldréis decepcionados porque ¿cuántas veces podemos ver al mejor violinista del mundo en acción?Os dejamos con un ejemplo de lo que ofrece el dúo en directo: