Sugerida por... José Luis e Ylagares
1. Especie de cofia o red para recoger el pelo, o para cubrir la cabeza.2. Manga cónica, hecha de red y cerrada por el extremo más estrecho.3. Enjuta de arco de forma triangular.
Amigos, la interesante palabra que hoy nos ocupa procede nada menos que del árabe hispánico albaníqa, este del árabe clásico banīqah, y este del latín paganĭca, terminación femenina de paganĭcus 'aldeano, rústico', por ser indumentaria rústica...
...En su primera acepción el término alude a una red para recoger el pelo. Nuestro custodio Ylagares nos brinda el siguiente ejemplo de uso, extraído del poema Hermana Marica, de Luis de Góngora (1561-1627, poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro):
Hermana Marica,Mañana, que es fiesta,No irás tú a la amigaNi yo iré a la escuela.
Pondraste el corpiñoY la saya buena,Cabezón labrado,Toca y albanega;
Y a mí me podránMi camisa nueva,Sayo de palmilla,Media de estameña...
En su segunda acepción, esta voz se emplea para definir una manga cónica, hecha de red y cerrada por el extremo más estrecho, habitualmente utilizada para cazar conejos u otros animales cuando salen de la madriguera...
Con respecto a la tercera acepción, empleada en el ámbito de la arquitectura, la albanega denomina el espacio plano con forma de triángulo, formado por dos lados rectos a noventa grados y el otro curvo inclinado uniendo los extremos de aquellos que aparecen siempre en pareja y de modo simétrico sobre los arcos delimitados por elementos arquitectónicos... (la imagen del artículo es un ejemplo de albanega decorada en el Taj Mahal)
Os dejamos por último con un fragmento de El Quijote de Miguel de Cervantes (1547-1616) que hace referencia a nuestra palabra del día en su primera acepción:
Pensando, pues, en estos disparates, se llegó el tiempo y la hora (que para él fue menguada) de la venida de la asturiana, la cual, en camisa y descalza, cogidos los cabellos en una albanega de fustán, con tácitos y atentados pasos, entró en el aposento donde los tres alojaban, en busca del arriero. Pero apenas llegó a la puerta, cuando don Quijote la sintió y, sentándose en la cama, a pesar de sus bizmas y con dolor de sus costillas, tendió los brazos para recebir a su fermosa doncella...
...Hasta la próxima nívea palabra que la oscura noche enjalbega... ;-).