Albatros es una novela difícil de clasificar, una distopía futurista con grandes dosis de acción y una feroz crítica social como trasfondo de una buena historia de aventuras. El escritor Gabri Ródenas dibuja un futuro muy cercano, y no sólo en el tiempo: en Albatros encontraremos una ciudadanía adormecida por las nuevas tecnologías, sometida a un férreo control a través de la red por parte de una clase dirigente que vende bienestar y comodidad pero que, en realidad, sólo busca enriquecerse y acumular poder. ¿Aterrador? Sin duda, y cada vez más.
El título de la novela hace referencia a su protagonista, un reputado profesor de esgrima que además ejerce como “facilitador”, es decir, solucionador de los problemas de otros gracias a su extensa red de contactos. Una expresión que, si me permiten la apreciación, me recordó muchísimo al Señor Lobo de Pulp Fiction («Soy el Señor Lobo. Soluciono problemas»).
Albatros está ambientada en 2036, en un contexto en el que la clase política ha desaparecido, dada su probada inutilidad, para dar paso a una mano invisible de dirigentes anónimos formada por una coalición de los hombres más poderosos del mundo. El uso de drones militares y la represión de cualquier muestra de rebeldía se han convertido en su santo y seña, vendiendo a la población el miedo a la inestabilidad y utilizando el supuesto bienestar para justificar la recopilación masiva de datos personales y el control de las comunicaciones.
La novela aborda una era de transición, en la que esta mano invisible pretende abandonar la clandestinidad y elegir a un nuevo líder mundial de entre los más reputados miembros de la coalición dirigente. Al mismo tiempo, un grupo de encapuchados comienza a realizar pintadas en las que se puede leer un mensaje inquietante: «Ahora nos toca a nosotras».
Ninjas, comics, grafitis y drones espías son algunos de los elementos que conforman esta aventura épica que se lee de corrido, escrita con inteligencia y utilizando un estilo muy visual, tanto que no cuesta trabajo imaginar que en el futuro será llevada al cine o convertida en una novela gráfica. Una fábula de acción con retazos de humor absurdo e hilarante que además esconde una rotunda crítica contra el mundo tal y cómo lo conocemos.
Albatros es una novela que se desmarca por sí sola, alejándose del estereotipo de novela futurista y mezclando ingredientes de la novela negra, política, satírica y social, igual que se desmarca su autor, cuyo estilo desenfadado hace esperar grandes cosas de él. Tanto es así que, si quisiera, estoy seguro de que Ródenas podría convertir Albatros en una saga de varios volúmenes que seguro que alcanzaría el mismo éxito que otras sagas míticas como Millenium, Juego de Tronos o El Señor de los Anillos. Al tiempo.