Revista Opinión

Albert Rivera, ¿por qué no?

Publicado el 04 enero 2016 por Cronicasbarbaras

Es posible que si resulta imposible formar un gobierno constitucionalista dirigido por el PP, con sus 123 diputados, o por el PSOE, con los 90 suyos, el Rey les invite a estudiar una tercera vía: una coalición presidida por Albert Rivera, de Ciudadanos.

Si los dos partidos históricos estuvieran de acuerdo, y con 253 diputados, más de dos tercios del Parlamento, podrían afrontarse las reformas constitucionales necesarias para la estabilidad del país otros cuarenta años más.

España se enfrenta a dos problemas fundamentales: que se tambalee la recuperación económica con la incertidumbre generada por Podemos, un antropófago de la izquierda clásica, y el separatismo de numerosos catalanes que se contagia a otras regiones.

En sus dos mandatos, 2004-2011, Rodríguez Zapatero se entregó a los populismos y revanchismos, contaminó al PSOE y lo dejó preparado para ser devorado por la izquierda radical que alimentó, labor que continúa su actual líder, Pedro Sánchez.

También levantó la tapa del separatismo elaborando por primera vez sin consenso y enfrentado a la oposición un Estatuto catalán semiseparatista.

El rechazo del PP hasta llegar al Constitucional avivó el fuego prendido por el creyente en la alianza de las civilizaciones, una de las cuales ni siquiera se alía consigo misma: lleva 14 siglos en inacabables guerras civiles religiosas.

Ciudadanos es un partido dialogante y centrista, entre PP y PSOE, pero además, e importantísimo, ha nacido en Cataluña, la región desde donde sus alucinados políticos amenazan a España como entidad.

Desde la I República, 1873-1874, España nunca tuvo un presidente del Gobierno catalán, en el que los catalanes se sintieran proyectados.

Quizás esa idea de que España minusvalora a sus catalanes, razón de muchos independentistas, varíe con un presidente del Gobierno español catalán: Albert Rivera.

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SALAS

Tira Salas 5327


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