Solucionar la agresión a España del separatismo catalán podría ser sencilla: lograr que Albert Rivera, líder de Ciudadanos, presida el próximo gobierno español, y cortar así el crecimiento del nacionalismo ciego y suicida.
El secesionismo catalán es producto de un falso complejo de superioridad inoculado por los nacionalistas a la mitad de sus conciudadanos, aunque en realidad es un complejo de inferioridad provocado por su incumplido deseo de sentirse el director y principal protagonista de la existencia de España.
Es ese “España no nos quiere” pese a que somos más inteligentes y emprendedores que los castellanos de “la caverna” de Madrid.
Observan que no ha habido jefes de gobierno catalanes desde el General Juan Prim y Prats, asesinado en 1870, y los dos primeros de la fugaz I República, Francisco Pi y Margall y Estanislao Figueras y Moragas, entre 1873 y 1974, liberales y progresistas.
Deseaban una España federal que degeneró en cantonalismos y miniguerras por celos pueblerinos.
Eran tiempos de clericalismo, de la reaccionaria España carlista enquistada entre... PINCHE ABAJO PARA LEER LA CRÓNICA COMPLETA Y VER A SALAS...