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Alberto Arcos: bailarín y actor. Una entrevista a un principito

Publicado el 10 enero 2012 por Ruta42 @ruta42

Alberto Arcos: bailarín y actor. Una entrevista a un principito

Alberto Arcos. Fotografías de Doc Pastor

Alberto Arcos canta. Alberto Arcos baila. Alberto Arcos interpreta. Alberto Arcos es alguien multidisciplinar.

Hace meses, con motivo del estreno de la película Amigos, charlamos brevemente con él y quedó pendiente hacerlo con más calma, es una suerte haber podido hacerlo.

¿Cuándo empezaste a pensar que querías ser bailarín?

No lo pensé yo, lo pensaron por mí. Yo tenía una profesora que vio que yo podía bailar y hacer más cosas y me trajo a Madrid para presentarme a una prueba de danza. Así empezó todo.

¿Era del colegio o hablamos de más tarde?

Pues era de jotas burgalesas, la vida es muy así.

¿Tú hacías jotas de pequeño?

Claro, tendré fotos por ahí. Fue ella la que me trajo y me animó a la prueba de conservatorio. Gracias a ella y mi prima, que se metió ahí con mi madre, lo hice y a partir de ahí con 10 años empezó todo.

Y viniste ya para quedarte, ¿también tu familia?

Sí, aunque ellos venían por otras cosas. Empecé a estudiar danza y a bailar, también en teatro pero porque me gustaba. Verónica Forqué me dijo que estudiara interpretación y me puse con ello. Ahora me muevo en muchos ámbitos.

¿Qué fue lo primero que hiciste de cara al público? En el aspecto de danza.

Con el Ballet Español de María Rosa, empecé fuerte. Además fue de un día para otro por un chico que se puso malo, gracias a mi maestro Pedro Azorín. Yo tengo tres maestros: Pedro Azorín que me introdujo en el ámbito profesional, Consuelo Cano me ha enseñado a estar en un escenario, a desarrollar la energía y recibir del que tienes enfrente, luego con Alicia Sánchez es con quien empecé a tomar clases de teatro y me despertó el gusanillo, y Verónica Forqué es la que me ha lanzado a la interpretación.

A la hora de subirte a un escenario a bailar ¿qué es lo más importante para tí?

Cada vez más es que el público disfrute, eso es lo más importante. No sé si lo pondría en igualdad con que yo disfrute, si ellos disfrutan yo también y lo demás viene solo.

¿Y cómo es la preparación?

Depende del ámbito en el que me mueva, si es una ópera y soy bailarín, o de actor en un musical o si solo es texto en una obra de teatro. Para mí lo importante ahora mismo es aprender, antes no era tan consciente de ello pero en este momento sí. Me gusta aprender, incluso lo que no quiero hacer que es más complicado de llegar a entender pero se ve y es fácil de reconocer.

¿Qué ha sido lo que más te ha gustado en la danza?

Ha sido el ballet Santamaría Compañía de danza es de neoclásico. Juan Carlos Santamaría, director del conservador de Valladolid y de Burgos, tiene una creatividad enorme. He trabajado en dos ocasiones con él, en Romeo+Julieta y Moz-Art y me ha encantado, he disfrutado muchísimo. Y la danza histórica con el grupo Esquivel, pero disfruto haciendo musical y lo que sea.

Ya de actor lo que más he disfrutado era El Principito, porque era él y el libro es maravillo, la versión fantástica y el texto te dice tanto… Los niños sacan mucho, pero los mayores mucho más. Ha sido lo más divertido.

Como coreógrafo ha sido Lisístrata en el festival de Mérida, eso ha sido la repercusión más grande. Y Los Persas, que también era asisten de actores de movimiento de escena. En la primera fue un poco el pilar, yo nunca pensé que haría algo así pero al haber estudiado actuación, conocer las posibilidades del cuerpo hace que ahora está trabajando en algo que no me esperaba y que me mola muchísimo. La clave es llevar al cuerpo todo lo que dice la palabra, encima de un escenario se imponen cosas y no siempre son orgánicas, para mí es una palabra primordial para el que se suba, ¿porqué? Porque al receptor le va a llegar mucho más adentro si lo que ve le resulta orgánico, los sentidos humanos son así y el cuerpo debe acompañar a sus palabras.
Es muy importante saber moverse.

Tienes que aprender a manejar tu cuerpo y tu gestualidad. En un conservatorio de danza no te enseñan a manejar la gestualidad, algo pero muy poco. Tú ves un ballet con la guapa y esbelta que levanta mucho la pierna, pero ves al fondo otra que te llega ¿porqué? Porque es mucho más orgánica que la otra. Igual con un actor, se puede subir al escenario y creer en lo que hace, pero si no es orgánico el que está en la butaca no lo recibe con toda la intensidad que puede tener el texto.

¿Cómo llegas a dar con lo que necesita cada obra?

Primero hago mucho estudio con el director de escena, le pregunta bastante. Leo sobre lo que voy a hacer, lo que quiere el autor, qué le pasa al personaje y no hacer un movimiento solo por resultar estético, lo estético si no lleva una carga emocional no sirve para expresarse. La coreografía y el movimiento encima de un escenario tiene que ir a favor de lo que se quiere transmitir. Cuando trabajo con actores voy muy al día, le hago hacer cosas y soy intuitivo con él, luego voy encauzando y no sé, me he dado cuenta que me sale solo.

¿Y qué tipo de movimientos haces?

Gracias a que he hecho musicales, óperas en París, que he estado en Londres, he tenido muchos maestros, he estado en muchas clases, yo soy el niño clase y es que no solo tienes que tener aptitudes también enseñanza. No he hecho una película porque sí, he estado dos años haciendo cursos y luego ha salido, no era algo que yo tuviera pensado, en ese momento estaba preparado. He tomado clases de Jazz, Barroco, Jota aragonesa, de clásico, contemporáneo… cuando tienes tanto luego te viene solo, no tienes que pensarlo.

Es cierto que te has movido mucho. Por ejemplo con Peter Pan no solo estuviste en España.

Estuvimos cuatro meses en Londres con producción totalmente española.

¿Y la acogida? Es un personaje muy inglés.

Ya, fue muy difícil. Los ingleses son muy elitistas. Era su Peter Pan en musical, además son la cuna de los musicales. Pero el público respondió muy bien y vino mucha gente, después de irnos nosotros hicieron otro con una estructura muy parecida al nuestro. Estaba muy planteado, era del gran Luis Ramírez, y era maravilloso, con una música fantástica. El espectador lo aceptó muy bien, lo malo eran las empresas, que bueno…

¿Fue más complejo El Principito o Peter Pan?

El Principito, en Peter Pan era Michael casi siempre o de John. Pero es que es mucho más intenso, más complejo. También ha sido muy difícil con Puck, en la versión que hemos hecho de El sueño de una noche de verano.

¿Cómo ha sido meterte en este personaje?

¿Te puedes creer que es una historia que me persigue lo de El sueño de una noche de verano? El musical que hice en Nueva York era de esta obra pero en vez de ser la Grecia clásica transcurría en una disco de los años 70. Titania era la disco diva y Oberón era el dueño. En esa época Verónica Forqué también la estaba haciendo, yo no la conocía y cuando estuve en su curso teníamos que preparar un monólogo y yo no sabía, ella me preguntó y al no saber me hizo prepararme el de Puck. Entonces vi una prueba para este personaje, me fui a hacerla y la directora me dijo “Es que eres mi Puck”.

Además es muy complicado ¿no?

Mucho, además en esta versión va contando y narrando la historia. Es muy complejo, tiene muchas aristas y diferentes matices, es muy interesante.

¿Cómo es de distinto el prepararte un papel para bailarín que uno de actor?

Si es un ballet lo primero es la danza, el cuerpo y el movimiento, yo siempre les doto de algo más, ya que tienen que ser también alma. En todo, no puedo bailar solo por bailar. Y si es de texto, ya sea cine o teatro, tengo que tenerlo muy aposentado y encontrar los matices, discutirlos conmigo mismo y mis compañeros.

Es evidente, por lo que has comentado, que a Verónica Forqué la tienes mucho cariño. ¿Cómo ha sido esta relación?

Pues fue en el curso, ella me animó a estudiar interpretación, de hecho las palabras fueron “Albertito, tienes que estudiar interpretación”. Desde el primer momento fue una relación muy intuitiva por parte de los dos, sin hablar mucho nos compenetramos muy bien y a partir de ahí. Los dos nos juntamos en la vida y en cosas, yo la quiero mucho y la admiro muchísimo y ella a mí. Vino a ver Los Persas para ver mi trabajo y me dijo “Albertito, qué buen trabajo has hecho”.

¿Qué personaje nunca te gustaría interpretar?

A mí me apetecen todos. El año pasado hice una cosa de violencia de género, era un maltratador y me encantó como trabajo.

Y cuando termines con El sueño de una noche de verano ¿qué será lo siguiente?

Me persigue. Estoy preparando un musical enteramente español que se llama Concierto para una orquesta de verano, con un director y un un director musical que estoy flipado. Una composición musical como West Side Story pero en castellano. A mí me han metido en el barco porque de repente se han dado cuenta que necesitan a alguien para los movimientos de actores, pero creo que el montaje si hay un poco de suerte dará mucho que hablar, lo hará Telón Tolón. El libreto musical es impresionante, yo no daba crédito.

Como siempre muchas gracias por tu tiempo Alberto y por todo.

Alberto Arcos: bailarín y actor. Una entrevista a un principito

Alberto Arcos: bailarín y actor. Una entrevista a un principito

Doc Pastor

Hace tiempo inicié Ruta 42 (@ruta42 en Twitter), una gaceta para la que dedico la mayor parte de mis escritos y fotografías. También colaboro actualmente con el periódico AQUÍ en Valladolid y en la revista LaRAÑA de Sevilla. Cuando no estoy por aquí es que estoy jugando con mi perrito (se llama Loki).


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