Alberto Contador es un gran ciclista que sabe cómo coger un maillot amarillo: apenas ha destacado en las primeras etapas del Tour, incluso en una acabó en el suelo y con una rodilla un pelín tocada, pero, desde que la montaña comenzó, ha ido destacando poco a poco.
El de Pinto vio que Andy Schleck perdía ritmo y salió, sin ser consciente de que el luxemburgués tenía problemas técnicos (se le había salido la cadena).
Pocos pensábamos que Contador llegaría a ser líder en el Tour, pero yo creo que eran menos los que pensaban que sería hoy y no en el Tourmalet. Pero hoy no subió el del Saxo Bank al podio como líder, sino otro ciclista que, en la dos únicas cosa que se parece al hermano de Frank son en que ambs son delgados y ambos son, además, escaladores.
TODO ES POLÉMICA
Voeckler saltó del grupo de cabeza y se marchó en solitario. Por detrás, los favoritos empezaban a quedarse solos y un cambio de ritmo de Andy Schleck hizo la selección definitiva, quedándose tan sólo con Contador, Menchov, Samuel y Van Den Broeck.
Pero también hubo un gran español que lo intentó: Samuel Sánchez, pero, en este caso, se podría decir que fue tímidamente. Este asturiano del Euskaltel-Euskadi partía como uno de los favoritos en esta etapa, pero no pudo ser como queríamos.
Andy Schleck lanzó, también, un ataque, que fue perseguido por Alberto Contador. Pero Alberto se podría decir que fue el que mejor supo aprovechar la oportunidad, cuando el del Saxo Bank perdía ritmo gracias a que la cadena se le salía y tuvo que parar. Pero con él se marcharon Samuel y Mencho. Entre estos tres grandes ciclistas abrieron un hueco que no pudo ser cerrado por Andy.
En lo que quedaba de subida,Andy intentó, como pocos, coger a los tres escapados, pero le fue imposible.
UN INCREÍBLE DESCENSO.
Después de la subida hubo una increíble bajada, en la que, por un lado, Andy lo dio todo él solo, mientras que Contador y Menchov contaban con Samuel Sánchez, que es un gran experto bajando (esto a Contador le ayudaba, que con lo poco que pesa... Mientras que Samuel apenas daba pedales, con la postura le bastaba, a Contador no, tenía que matarse a dar pedales).
Pero resulta que había alguien por delante, y ese alguien se llama Voeckler, que llevaba un rato escapado en solitario, y así llegó. Se alzó con la victoria levantando los brazos antes de llegar a la última recta. Más tarde llegaban Ballan y Aitor Pérez, que completaban el podio del día. Después de estos dos, llegaron Contador, "Samu" Sánchez y Menchov. ¿La diferencia? 39 segundos.
Con mucho merecimiento, Contador pudo ponerse el maillot amarillo. Pese a las polémicas (cómo me repatea eso), Alberto mostró su pecualir sonrisa y, además, un gesto que todos hemos visto (algunos lo imitamos en atletismo, cuando vencemos): la pistola simulada.
Ahora tocará estar atento a Andy Schleck, porque su revancha puede ser en cualquier etapa, y de Tour ya queda poco. Pero esperemos que la poca amistad solo sea en el pelotón y la gran amistad siga como hasta ahora entre ambos ciclistas.