Llegó de rebote a la Presidencia de la Comunidad tras los problemas judiciales del delfín y alguna negativa esperada. Pero no quiso ser un simple trámite, un paréntesis; los suyos le han hecho pasar las de Caín pero resistió con dignidad. En su corto período presidencial se mostró crítico con la etapa final de Valcárcel, hizo gestos y declaraciones muy significativos en este sentido.
En Mayo, dentro del PP, se impuso la voluntad- el dedazo- de quien era el “querido líder” y hoy es el “olvidado líder”. Despreciaron la opción seria, segura, tranquila que suponía Garre por otra más dinámica, controvertida y arriesgada que supone Sánchez. El tiempo y los jueces dirán.