... o lo que se suele decir...
una BLANCA NAVIDAD...
La misma que aprendíamos en las canciones (¡tan lejanas, tan increíbles, tan inverosímiles y por eso deseadas!)
Y sin embargo....
Existen esas casas casi mágicas y los desayunos pantagruélicos... a base de mil panecillos indescriptibles...
Hay la permanencia (espacios que permiten conservar lo indescriptible), verificable en el paraguas tan retro
o en paisajes inmutables
... los abetos...
y el sosiego que brinda el silencio de la nieve...
Y aunque aparezco de espaldas, os deseo, de frente y de verdad,
UN VENTUROSO 2011.
P.D. Habréis adivinado, por lo excepcional, que las fotos son de Nico, que me acompañço en este paseo navideño en Albstadt, la "ciudad" blanca.