En el contexto dietético consumir alcohol es una aparente contradicción ya que si bien identificamos con ello una sustancia que está relacionada con la alimentación, en realidad no es un nutriente. No deja de sorprender que una sustancia que nuestro organismo es incapaz de metabolizar, se ingiera con tanta profusión y normalidad, como si fuera inofensiva. No lo es.
ESTUDES
Para muchos, beber alcohol es una práctica fuertemente vinculada al ocio de fin de semana y a la socialización. Ir de botellón o practicar el binge drinking (consumo por atracón) se han convertido en prácticas habituales de fin de semana entre adolescentes y jóvenes. En 2014, más de la mitad (57,6%) de los estudiantes españoles de entre 14 y 18 años admitieron haber hecho botellón en los últimos 12 meses y 1 de cada 4, en los últimos 30 días y, además, 1 de cada 3 alumnos reconoció haber realizado consumo por atracón en los últimos 30 días (Informe 2016). Los efectos que se derivan de la ingesta de grandes cantidades de bebidas alcohólicas en un escaso período de tiempo son múltiples y relativamente frecuentes: borracheras, peleas, discusiones y conflictos familiares, dificultades para estudiar, etc.
No hace mucho las noticias nos rasgaban el corazón cuando informaban de una tragedia que refleja lo peligroso que puede resultar el consumo de una droga de este calibre.
El consumo de alcohol pueden incrementar el riesgo de muchos problemas de salud, como (MedlinePlus):
- Sangrado en el tubo digestivo
- Daño a las neuronas
- Trastorno cerebral llamado síndrome de Wernicke-Korsakoff
- Cáncer del esófago, el hígado, el colon, mama y otras áreas
- Delirium tremens (DT)
- Demencia y pérdida de la memoria
- Depresión y suicidio
- Disfunción eréctil
- Daño cardíaco
- Hipertensión arterial
- Inflamación del páncreas (pancreatitis)
- Enfermedad hepática, incluso cirrosis
- Daño neurológico
- Desnutrición
- Problemas para dormir (insomnio)
- Tomar alcohol durante el embarazo puede ocasionar anomalías congénitas graves en el bebé. Esto se denomina síndrome de alcoholismo fetal.
- El consumo de alcohol también incrementa el riesgo de violencia.
De estos mensajes cabe entresacar:
- El alcohol es una de las principales causas evitables de enfermedad, sufrimiento y muerte. Sin olvidar que el alcohol aumenta la accidentabilidad por tráfico, incluso en pequeñas cantidades.
- A pesar del descenso observado en los últimos años, en España se sigue bebiendo demasiado, los 11,2 litros al año duplican la media mundial (6,2 litros por persona y año).
- La frecuencia de episodios de consumo excesivo y borrachera en jóvenes es alta. Dos datos del Informe 2016: uno, el promedio de edad de la primera borrachera se sitúa en los 14,6 años; y dos, la proporción de estudiantes que admite haberse emborrachado alguna vez es más amplia entre las chicas de los grupos más jóvenes, de 14 y 15 años, si bien conforme aumenta la edad, la prevalencia en chicos y chicas va convergiendo.
- Los riesgos del consumo de alcohol superan sus potenciales beneficios. La disponibilidad de alcohol es muy elevada en nuestro medio, está omnipresente, tiene un precio bajo y la promoción publicitaria de las bebidas con alcohol es muy fuerte.
- La efectividad preventiva de los programas educativos sobre el alcohol en los menores es limitada.
- Una parte de las personas que beben diariamente desarrollará un trastorno por dependencia de alcohol. Los programas de tratamiento del abuso y dependencia del alcohol pueden ser efectivos, pero están infra-utilizados.
Es habitual en prácticamente todas las culturas, que el abuso en el consumo (estar intoxicado o ebrio) suponga una estigmatización social negativa: entre un grupo de personas afectadas por diversos trastornos de la salud, una persona “visiblemente ebria” es una de las peor consideradas. Por ello me parece importante resaltar que una persona bebida tiene derecho a: recibir asistencia integral y personalizada, ser atendida sin discriminación y con el máximo respeto y, a recibir información veraz y comprensible sobre las alternativas terapéuticas para superar esta adicción.
Aunque desde ciertos sectores se abogue por el concepto consumo responsable de alcohol, el único consumo responsable posible sería el consumo cero.Habida cuenta que el consumo de alcohol ha estado presente desde tiempos remotos en nuestra cultura, de forma realista hemos de buscar introducir cambios en la actitud hacia el consumo de estas bebidas. Si una idea debe quedar clara con todo lo que sabemos es que nunca se debe aleccionar ni recomendar a realizar como práctica saludable ninguna cantidad de consumo de alcohol. Así que si no consumis bebidas con alcohol seguid con vuestra abstinencia pero si sois consumidores, rebajad al máximo su uso no sobrepasando 1-2 unidades básicas de bebida por día.