En el anterior post sobre el alcohol y la práctica ciclista destacábamos que los cacareados beneficios de tomar vino o cerveza eran escasos para mejorar sobre la bicicleta. En esta nueva entrada vamos a ahondar un poco más en esta contradicción, con la ayuda del experto en nutrición y salud Chema Arguedas.
¿Qué puede aportar el alcohol a tus pedaladas? Según Arguedas, casi nada. “si eres de los que piensas que después de una juerga el sábado por la noche, vas a salir el domingo y que todo lo que vas a sudar son los restos de alcohol y así los eliminas…estás muy equivocado”.
Una cosa es una juerga puntual, y otra emborracharse los sábados como diversión cotidiana. En ese caso difícilmente mejoraremos como cicloturistas. Y es que el alcohol no aporta nada: muchas, muchísimas calorías y vacías. Aproximadamente siete calorías por gramo consumido, además de no constituir un aporte nutricional.
Pero todavía hay más: el alcohol evita la asimilación de una gran cantidad de vitaminas. ¿Hace falta decir que las vitaminas son de vital importancia ya no para cualquier ciclista medio aficionado, sino para cualquier deporte?
Por ejemplo, la vitamina A es antioxidante y protectora frente a infecciones. La vitamina B1 favorece la recuperación y el mantenimiento del tono muscular. La vitamina B2 interviene en la metabolización de grasas y proteínas. La vitamina B5 aumenta la resistencia a la fatiga y estrés. La vitamina B6 es muy importante para almacenar el glucógeno. La vitamina b12 interviene en la formación de glóbulos, por ejemplo…
Todo este aporte se tira por la borda. “El alcohol que contienen las bebidas más comunes”, recuerda Arguedas, “es etílico”. Así, “una vez que es transformado en el hígado, parte de él pasa a la sangre y una gran parte es almacenado en forma de triglicéridos”. Un ejemplo concreto es el de dos copas de vino, las cuales con un total de 400ml y 12 grados de alcohol contienen 96 gramos de alcohol. “Para calcularlo”, informa este experto, “solo tienes que multiplicar los grados de alcohol por 0’8 que es la densidad del mismo por los grados. Por lo que si un gramo de alcohol son 7 calorías, habrás ingerido con las dos copas de vino 269 calorías que no te han aportado nada”.
¿Cuáles son las calorías vacías que nos da el alcohol? Depende del tipo de bebida y sus grados. Por ejemplo, una jarra de medio litro de cerveza sin alcohol tiene 127 calorías, y una lata de 33 centilitros tiene 84 calorías. ¡Y es cerveza sin alcohol!
Una caña normal de cerveza tiene 175 cc 4y 74 calorías. La jarra de medio litro, 212 calorías. En cuanto al vino, un vaso de vino blanco (150 centilitros), unas 91 calorías. Una copa de ron, 117 calorías; y una copa de ginebra, 110 calorías
Chema Arguedas es, pues, crítico con la teoría de que beber alcohol, aun en pequeñas cantidades, sea bueno para la salud. “Ahora quizás puedas echar cuentas de las calorías que no te aportan nada y que añades al paso de los días, incluso haciendo un consumo moderado. Por ejemplo si tomases diariamente un vaso de vino en la comida y otro en la cena, más una caña a lo largo del día. En total serían 286 calorías al día. 2002 calorías por semana. Y al mes, 8560 calorías”.
Con esa cantidad de alcohol, cada mes añadimos algo más de 1kg de grasa al organismo, ya que un kilo de grasa está estimado en 7770 calorías. El etanol además de impedir una asimilación de los nutrientes necesarios inhibe la oxidación de las grasas por lo que facilita que con su consumo uno aumente los depósitos grasos.