Y en lo que ha sido una constante en estos últimos años las corporaciones mediáticas que concentran más del 70% de los medios de comunicación del país no escatiman esfuerzos para poder de manfiesto las partes más oscuras de la anterior gestión.
Como por ejemplo el juicio a la ex-presidenta Cristina Fernández por la causa de la obra pública vial en Santa Cruz.
El Tribunal Oral Federal 2, integrado por Andrés Basso, el presidente Jorge Gorini y Rodrigo GIménez Uriburu, en la audiencia inicial del juicio a Cristina Kirchner por la obra pública vial en Santa Cruz.
Posiciones encontradas.
Veo en esta red social y en otras posiciones bastante encontradas respecto al tema. Pero, en líneas generales, predomina una "línea dura" contra la anterior gestión presidencial y una línea mucho más permeable y comprensiva hacia el actual presidente (hasta el día 10 de diciembre) Mauricio Macri.
Parecería un contrasentido porque el país está endeudado a niveles insólitos (la deuda externa en relación al PBI pasó del 57% en 2015 a casi el 90% en 2019), la industria está aniquilada, la desocupación llega a niveles altísimos, las tarifas públicas han sufrido incrementos estratosféricos más allá de la lógica y de la sensatez y la lista es mucho más extensa.
De la corrupción mejor no hablemos. Tendría que hacer un tremendo esfuerzo de memoria de toda mi vida transcurrida para recordar un gobernante que no haya sido contagiado por este virus. Sin que afirmación, muy temeraria de mi parte, pretenda ser una justificación.
Pero si algo de lo cual los argentinos pueden sentirse responsables es de su propio destino. Los que hemos sufrido dictaduras militares, censura y amenazas por pensar diferente sabemos lo que eso significa.
Las democracias son generalmente imperfectas. Pero son siempre el reflejo de la manifestación popular. De la sociedad. Aunque su pensamiento, su libre albedrío, sea constantemente manipulado por los medios de información, en esta especie de maniqueísmo mediático.
Hecha esta introducción, quisiera introducirme en ciertos aspectos interesantes de la exposición de Cristina Fernández de Kirchner en su alegato de defensa.
El mio no es un alegato en defensa o acusación de la imputada. Es un modesto acto en defensa de nuestra propia intelectualidad.
El lawfare y los medios de comunicación.
El lawfare, término acuñado en Estados Unidos y desarrollado en la Universidad de Harvard, habla de la utilización del aparato judicial para, articulándose con los medios de comunicación, provocar condenas previas, sin juicio, a dirigentes políticos de la oposición", argumentó Cristina Fernández.
Y aunque, sobre esta definición hay discrepancias a nivel internacional, sirve a identificar en líneas general una situación específica. La falta total de independencia jurídica.
Si hay un aspecto en el cual los medios de comunicación se han ensañado a mansalva es en el enriquecimiento (presuntamente) ilícito de la familia Kirchner.
No porque los medios no tengan el derecho a informar. Sino porque la información debe ser correcta y no tendenciosa.
La utopía de una información objetiva.
Ver los títulos de información de los medios de comunicación del grupo Clarín y medios afines da verdaderamente pena y es una ofensa a la inteligencia y al sentido común. El doble sentido de las frases, cortar una expresión, cambiar y tergiversar los significados son su especialidad.
Y no porque sus columnistas no sean capaces. Tienen una reconocida trayectoria periodística. Pero han decidido servir en forma vil y espuria a un medio que no escatima en jugar de la manera más sucia posible.
Recuerdo que una vez apenas llegado de Europa donde estuve radicado por más de 20 años (me fui hacia el final del gobierno de Menem en 1994 para regresar en las postrimerías del gobierno de Cristina Fernández) vi con una perplejidad rayana en el absurdo un zócalo de TN en el cual refiriendose a Cristina Fernández aparecía la palabra "yegua".
Y entre mí, pensando en voz alta me dije: que epíteto podría ponerle un medio de comunicación europeo a Aznar, Blair, Berlusconi, Sarkozy por solo citar los primeros ministros más conocidos -algunos con reconocidos problemas de conflictos de intereses- y no tener una inmediata demanda penal?
Hasta què punto la banalidad, la vulgaridad y la mala intención puede estar al servicio de un medio de comunicación?
Por eso concuerdo con Cristina Fernández al expresar que el lawfare ha estado presente en manera incontestable en el sistema judicial argentino en los útimos cuatro años.
Pero lo que más me impresionó fue el manejo arbitrario de la única camara televisiva que registró el evento. Me hacía acordar a las declaraciones de rescate de los secuestrados por los talibanes en esa orgía de locura y muerte que asoló el mundo entero hasta no hace mucho. Solo faltaba un encapuchado atrás de la acusada con el kalasnikov entre los brazos.
Yo vì una sola oportunidad en la cual ante la insistencia en una pregunta de la acusada la cámara mostró al jurado. Una sola vez. Pensemos cuantas veces fueron usadas las cámaras televisivas para mostrar un Boudou con las esposas puestas. El montaje de Florencia Kirchner junto a una montaña de dinero. La filmación de la destrucción del departamento de la ex-presidente incluyendo el uso de perros adiestrados. Las filmaciones en el cementerio de Río Gallegos. Las filmaciones de las máquinas excavadoras de Marijuan. Y para este juicio que debía ser oral y público no había cámaras.
Tal vez se pensó que la ex-presidenta podía montar su propio show mediático en un aula de tribunal.
Hasta donde la justicia ha perdido el respeto por si misma?
Fiscales que se autoproclamaban adalides de la libertad por solo acusar que después se negaban sistemáticamente a presentarse cuando se demostró la falsedad de las acusaciones.
George Orwell escribió en el año 1949 su libro 1984 es decir trenta y cinco años antes. Fue un futurista que vio una sociedad distinta. Por ese motivo el adjetivo "orwelliano" es frecuentemente utilizado en referencia al distópico universo totalitarista imaginado por el escritor inglés.
Hagamos un juego de imaginación orwelliano y pasemos al 2021. O al 2022 si lo prefieren. O al 2023. Imaginemos un Mauricio Macri hostigado,
criticado, vilipendiado, con todos sus amigos y parientes más cercanos bajo presión. Con muchos de ellos en la cárcel a pesar de no tener condena firme (como la mayor parte de los actuales acusados kirchneristas). Con muchos de los juicios que aún tiene pendientes sin ser sobreseído. Como por ejemplo las autopistas.
Que opinión nos merecería una actitud de ese tipo? Que actitud asumirían los medios de comunicación dominantes? Se lo imaginan? Ya hoy, a pesar de la actitud cautelosa del nuevo presidente, gritan a la persecución.
Una justicia independiente de las corporaciones mediáticas.
Ante los escándalos en mega empresas como Petrobras y Odebrecht, los Panamá Papers y otros escándalos similares, la función de la prensa
independiente como salvaguarda de la transparencia democrática ha adquirido mayor relieve.
Al manejo discrecional de las grandes corporaciones medáticas se le debe aplicar un freno pese a la debilidad de las instituciones y, esto en gran medida, sólo lo puede hacer el periodismo independiente.
Hace falta que no se pierda este impulso, que editores y periodistas comprendan la trascendencia del momento y profundicen su influencia.
La justicia no solo debe "ser" independiente. Debe también "parecer" independiente a los ojos de la opinión pública.
Y eso sucederá sólo el día en que todos los medios de información también lo sean.
Fuente: Trybe