La disputada ciudad de Estrasburgo se incorporó de forma arrolladora al movimiento moderno a través de la Escuela Superior de Artes Decorativas que empezó a funcionar en 1892, al finalizar la construcción de su notable edificio. La Kunstgewerbeschul fue dirigida desde su creación por Antón Seder.
La escuela fue uno de esos lugares donde se vivió la rebeldía de fin de siglo XIX y la reivindicación del arte en medio de un debate apasionado y no exento de polémicas: ¡Fuera los viejos estilos, que finalmente se consumen!
El edificio histórico es una gran fábrica de ladrillo diseñada por los arquitectos Johan Karl Ott y Edouard Roederer y cuya fachada es monumento nacional. La obra se encuentra situada en el interior de un parque de arbolado muy consolidado.
Los paneles de azulejos que adornan la construcción fueron fabricados por Céramiques Elchinger (1834-1994) y son uno de los elementos más singulares. Aparte de los motivos florales y vegetales, estilizados al modo moderno, se representaron alegorías de la pintura, la escultura, las ciencias y la geometría.
La Geometría viste túnica griega y realiza mediciones con un compás de un prisma hexágonal apoyado en una columna clásica.