Alejandro Sanz se sinceró por completo con Pepa Bueno e hizo un repaso de los momentos que marcaron su vida.
El cantante revela que comenzó su carrera musical a los siete años, por casualidad: “Mi madre me iba a apuntar a una escuela de kárate, pero como estaba encerrada me apuntó a la de guitarra, que estaba al lado. Estas casualidades que cambian la vida y ahí empezó”.
Alejandro siempre quiso ser músico, pero su madre quería que preparara unas oposiciones: “Eso de los músicos es uno entre un millón”.
Con los años, su madre se dio cuenta de lo importante que era su hijo cuando le dieron la medalla de oro de las bellas artes. “Ella me acompañó. Estaba orgullosísima. ‘¡Qué importante eres!’, decía”.
Sobre su mujer, Raquel, dice que “es una mujer divina, especial”. “Me ha enseñado muchísimo y espero que me siga enseñando”.
Alejandro es padre de cuatro hijos. Manuela, fruto de su relación con Jaydy Mitchel; Alexander, nacido de su relación con Valeria Rivera; y Dylan y Alma, de su matrimonio con Raquel Perera.
A pesar de vivir en lugares diferentes, se reúnen siempre que pueden. “Se quieren muchísimo, se adoran, y yo estoy muy contento. Doy gracias a Dios por mis cuatro hijos y no me arrepiento de nada”.
El cantante confiesa no saber el dinero que tiene: “A mí nunca me ha quitado el sueño el dinero. Muchas veces salgo de casa y no me doy cuenta que he salido sin dinero”.
En cuanto a las drogas, Pepa le preguntó directamente: “¿Tú has tenido camello alguna vez?”.
“No, camello no, pero alguna cosita me regalaron en su momento. En aquella época se probaba de todo en la calle, pero hay una parte oscura de la droga que no me interesa. Tenía amigos que se engancharon a la heroína y nunca más salieron de ahí. Me fumé algún porro, pero ahora tengo hijos y no merece la pena”.
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