Alejandro Valverde se ha unido a la campaña de Ciclored.com por la Seguridad Vial
Todas las pretemporadas, cuando llega el mes de diciembre, Alejandro Valverde llega a la concentración del Movistar con un rotulador. Marca las fechas del calendario ciclista de la próxima campaña y siempre busca un fin de semana, el de la Amstel Gold Race, para subrayarlo en rojo. Es la única que le falta del Tríptico de las Ardenas. Ya cayeron Lieja y Flecha Valona, pero la carrera de la cerveza se le resiste. En 2008 fue tercero, en 2013 segundo y quizás sea en 2014 cuando haga historia. Sería el primer español en hacerse con el Tríptico y también en sumar un triunfo en Valkenburg. El murciano conoce a la perfección la carrera, por eso no duda en aconsejar a los viajeros de Ciclored.com que quieran afrontar la cicloturista del día anterior (con idéntico recorrido a la prueba profesional). La cita para Valverde y para todos los cicloturistas de ciclored.com es la Semana Santa de 2014, del 17 al 20 de abril.
- ¿Qué ambiente se vive en la Amstel Gold Race?
– Sobre todo un ambiente genial. Las clásicas allí se viven de otra manera. Es una carrera que en pocos kilómetros a la redonda discurre toda la prueba. La puedes ver en 15 sitios distintos, aunque debes conocer un poco las carreteras de los alrededores de Valkenburg. El recorrido es espectacular y muy dura. Parece que no pero con el paso de los kilómetros los muros se hacen cada vez más complicados. Es una de las carreras más bonitas de ver y que para nosotros requiere más esfuerzos a la hora de disputarla.
- ¿Cómo se entrena una Amstel Gold Race, con 260 kilómetros de recorrido y 3.200 metros de desnivel?
– Hay que hacer muchos kilómetros de entrenamiento en casa. Salidas largas de más de seis horas para ir adaptándose a la distancia. En nuestro caso las carreras previas también vienen muy bien para ir cogiendo el ‘puntito’ que da la competición. En el caso de los cicloturistas les recomendaría también hacer alguna marcha larga antes de la Amstel Gold Race para que se acostumbren a tantas horas de bici.
- Para los cicloturistas que vayan a hacer la Amstel Gold Race ¿Cómo deben afrontar los meses previos?
– Hay que entrenar, que eso les quede claro. La longitud de la cicloturista marca mucho. Seguro que se les va a hacer dura, aunque a la vez también es bonita por los lugares por los que discurre. Al final no deja de ser una cicloturista y la clave es que vayan a disfrutar. El ambiente de la Amstel hace el resto. Van muchísimas personas. Cuando nosotros salimos el sábado a entrenar la Amstel Gold Race siempre coincidimos con los cicloturistas. Es un chorreo constante de aficionados y eso deja ver que el ciclismo está muy vivo. A nosotros, además, nos gusta ver a tanto cicloturista rodando. Te hace sentir que es una carrera importante.
- ¿Por dónde te meten en la Amstel Gold Race para acumular tanto desnivel en un país llano como Holanda?
– En teoría es llano. No tiene grandes puertos. Pero si muchísimos muros de kilómetro y medio o dos kilómetros, incluso hay alguno de hasta tres. No son demasiado largos, pero sí tiene mucho desnivel. Al final son 30 muros cada año y hacen que vayas sumando desnivel. Casi sin darte cuenta te plantas en más de 3.300 metros y las piernas lo acaban acusando.
- ¿Cuales son los muros a tener en cuenta en Amstel Gold Race, tanto por dureza como por ambiente de público?
– Sobre todo el Cauberg. Está cerca de meta, es la más conocida y donde más público se reúne el domingo para ver la carrera. Es una fiesta continua. En cuanto a dureza es similar a las demás, pero la recuerdas porque llegas con la piernas agotadas. En el recorrido cualquier cota te puede dar un susto, pero no son fáciles de situar y por los nombres me pierdo. Cuando estoy en carrera me conozco cada una, pero así, sobre el papel, es más complicado.
- En cuanto a desarrollos, ¿Qué debe llevar un cicloturista medio para hacer la Amstel Gold Race?
– Lo ideal para un cicloturista sería un compact. 50×36 delante y detrás un 12×28. Si sabes entrar con cierta inercia a los muros y meter watios de potencia no tienes porqué necesita más desarrollo. El problema es que llegues desfondado a algún muro. Entonces se hacen interminables y cualquier desarrollo es incómodo e insuficiente.
- Y la comida. ¿Cuanto hay que comer para afrontar con garantías una Amstel Gold Race?
– Pues los tres días anteriores ya hay que estar haciendo carga de hidratos. Necesitas llenar bien los depósitos porque el día se hace duro. La misma mañana de la marcha conviene levantarse temprano, sobre dos horas y media antes de la salida, y desayunar pasta o arroz y algo de proteína. Y, claro está, parar en los avituallamientos porque durante la ruta te va a entrar hambre seguro.
- Pese a que vosotros siempre vais a tope y casi sin tiempo para nada ¿Qué no te debes perder de los alrededores de Valkenburg, salida y meta de la Amstel Gold Race?
– Nosotros estamos muy centrados en la carrera, pero el ambiente que hay allí es imposible no percibirlo. Más que lugares concretos lo mejor es cogerse la bici o pasear por la ciudad para ver cómo se vuelcan con una prueba ciclista. Demuestran que viven este deporte de una forma distinta al resto.
- ¿Donde aconsejarías a los aficionados que vieran la carrera vuestra?
– Pues hay multitud de sitios. Desde que madruguen para ver la salida y el ambiente que se monta a ir moviéndose por todo el recorrido. Cualquier cota tiene su punto y luego siempre te puedes desplazar al Cauberg para ver cómo se decide la carrera.
- Por cierto, y saliendo de la Amstel, esta temporada te va a tocar hacer algo de adoquín en el norte si quieres afrontar el Tour de Francia.
– Pues sí. Los kilómetros de la París-Roubaix que van a meter en el Tour necesitan un entrenamiento específico y la mejor forma de hacerlo es sobre el adoquín del norte. Estamos estudiando irnos una semana para Bélgica o Francia y hacer alguna de las clásicas del norte. No será ni Flandes ni Roubaix, pero quizás sí otra con menos nombre pero igual dureza.