Alela Diane con gato. No es ed Edward Hooper, pero lo parece.
Alela Diane es a día de hoy una de las artistas más representativas del neofolk, el weird folk, o como quieran llamarlo. Su voz particular, cálida y a la vez dura y los sonidos desnudos y repetitivos de su guitarra son sus características más representativas. No utiliza absolutamente nada que se pueda enchufar y sus canciones transportan hacia momentos de calma y quietud, a la familia, la naturaleza y a historias íntimas. Su música es un folk artesanal sobrado de belleza y sencillez. Una artista de una madurez asombrosa y enorme personalidad artística de la que se puede esperar mucho en el futuro.
La californiana Alela Diane sólo tiene mi edad (que no son 22 como suelo decir pero tampoco muchos más). Originaria de Nevada City y nacida en el seno de una familia de músicos y artistas comenzó a componer sus primeras canciones a muy temprana edad. Con sólo 21 años graba sus primeras canciones, autoproducida por sí misma y bajo el título de “Forest Parade” Sus primeras canciones llaman la atención de algunas emisoras de radio independientes y el boca a boca en torno a esta nueva artista folk comienza a expandirse lentamente.
Su auténtico disco de debut “The Pirate´s Gospel” (2004) también se gestó de manera casera. Alela Diane compartió gira por Europa con su amiga Joanna Newsom, también originaria de Nevada City. Durante este viaje escribió canciones que a su regreso grabó en un estudio propiedad de su padre, también productor y mezclador del disco. En el disco colaboraron además varios miembros de su familia, algo de nuevo totalmente casero que la propia Alela distribuía de forma casera. El interés creciente hizo que el disco fuera editado finalmente por una discográfica en 2006, con unas críticas estupendas e incluso ventas notables en países como Francia (donde Alela es editada por Naïve records, el sello de Carla Bruni).
Las canciones de este disco denotan un estado de ánimo frágil, el de una joven que no encuentra su hogar propio ni su lugar en el mundo y rememora constantemente el ideal de un hogar perfecto. The Pirate´s Gospel hace referencias continuas a su familia, de manera onírica habitualmente y con una fuerte presencia de la naturaleza.
Estas once canciones no necesitan de ningún arreglo para destacar. A su personalísima voz cálida pero potente y tremendamente conmovedora solo le hacen falta una guitarra acústica y algún bajo, unas tímidas palmadas es la única percusión que aparece. La voz es el instrumento estrella de este disco minimalista, un instrumento que evoca reuniones alrededor del fuego, el calor del hogar, largas noches bajo la luna o paseos junto al río. Aunque su música y la temática de sus canciones no tengan nada que ver, la voz de Alela Diane me recuerda a la de Kristin Hersch (Throwing Muses).
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La canción del pirata...
En febrero de 2009 publicó su segundo disco “To be Still”, de nuevo producido por su padre Tom Mening y la participación de varios miembros de su familia. En este segundo disco se atreve a jugar con armonías más complejas y a dotar a sus desnudas canciones de unos tímidos arreglos que embellecen aún más las canciones. Un suave violín, una sección de cuerdas utilizadas en momentos concretos, banjos y unos acertadísimos coros hacen de To be Still un álbum más vital aunque sus ritmos sean igualmente sosegados.
La temática de To be Still es la misma que recorre el cancionero previo de Alela Diane, incidiendo aún más si cabe en la vivencias personales y en una vida doméstica simple y aletargada. La naturaleza sigue apareciendo en su versión mística y espiritual y transporta a la los parajes más remotos e inmensos de Nortemérica de manera similar a los Fleet Foxes o Grizzly Bear. La belleza sublime que desprenden temas como White as Diamonds (ver videoclip) te hace sentir indefenso ante la enormidad del mundo y buscar ese resguardo al calor de un hogar real o imaginario.
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Videoclip del single White as Diamonds
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