Camaradas,
Todo el Reich lamenta hoy la muerte de su mejor piloto, el Coronel Werner Mölders, que ha perdido la vida en un trágico accidente mientras su avión, en el que viajaba como pasajero, se disponía a aterrizar en Alemania. Lo peor de todo, sin duda, es que Mölders no ha podido morir como a él sin duda más le habría gustado: en combate a los mandos de su Messerschmitt Bf 109.
Werner Mölders sale de la cabina de un Bf 109.
El pasado 15 de julio, Mölders logró su victoria número 101 en la guerra, hazaña que le valió la concesión de la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble, Espadas y Diamantes. Como curiosidad cabe decir que los diamantes añadidos a la Cruz de Caballero fueron introducidos oficialmente el 28 de septiembre de 1941, más de dos meses después de que fueran concedidos a Mölders. El 20 de julio fue ascendido a Coronel, al tiempo que se le prohibía volver a volar en misiones de combate. Tras entregar el mando del JG 51 al Comandante Friedrich Beckh, fue transferido al Ministerio del Reich del Aire, donde permaneció hasta el 6 de agosto. El 26 de julio, fue convocado de nuevo al Wolfsschanze donde recibió los Diamantes de manos del propio Führer.
Alto Mando.
El 7 de agosto de 1941, el Coronel Werner Mölders, de 28 años de edad, fue nombrado Inspector General de Cazas (Inspekteur der Jagdflieger), un puesto que le convertía en responsable de decidir la doctrina táctica y operativa de las estrategias de los cazas de la Luftwaffe. En septiembre volvió a Rusia y estableció su puesto de mando en el aeródromo de Chaplinka, desde donde voló su avión personal Fieseler Fi 156 Storch revisando la fuerza de caza de la Luftwaffe y dirigiendo personalmente las operaciones de caza.
Werner Mölders con Hermann Göring y su amigo, camarada y rival Adolf Galland.
A pesar de la prohibición, Mölders también voló extraoficialmente en varias misiones de combate, y también ejerció el mando activo de su antigua unidad, el JG 51, durante varios meses después de su marcha. El 9 de agosto, llevó al piloto Herbert Kaiser en una misión de instrucción contra una formación de Il-2 Sturmoviks. Mölders mostró a Kaiser cómo derribarlos. Como el propio Kaiser recuerda: “Se situó a un lado y a cierta distancia del último Il-2 de una formación de seis. A continuación giró con rapidez y abrió fuego contra la cabina del enemigo desde un ángulo de unos 30 grados. El Il-2 inmediatamente estalló en llamas y se estrelló. ‘¿Ve cómo se hace?’, preguntó la voz del Coronel Mölders por la radio. ‘Bien, ahora derribe usted al siguiente.’ Yo efectué la misma maniobra y el siguiente Il-2 cayó envuelto en llamas. ‘¡Una vez más!’ Era como estar en un vuelo de entrenamiento. Otra corta ráfaga y el tercer Il-2 estaba en llamas. ¡La lección no había durado más de 12 minutos!” De este modo, Kaiser se adjudicó sus victorias vigésimo tercera y vigésimo cuarta. Pero, debido a que a Mölders se le había prohibido oficialmente volar misiones de combate, el primer avión ruso nunca se le adjudicó. Se ha especulado con que durante los siguientes dos meses antes de su muerte, Mölders ha derribado extraoficialmente otros 30 aviones soviéticos. Al menos seis de las victorias no oficiales de Mölders están registradas en los libros de registro privados de sus camaradas pilotos.
Ernst Udet en una amena charla con Adolf Galland y Werner Mölders.
Muerte trágica.
En el día de hoy, Mölders ha viajado como pasajero a bordo de un Heinkel He 111 desde Crimea hasta Alemania para asistir al funeral de su superior, Ernst Udet, que se ha suicidado (oficialmente, sufrido un accidente). Al tratar de aterrizar en Breslau durante una tormenta, el avión se ha estrellado. Mölders, el piloto Teniente Kolbe y el ingeniero de vuelo Sargento Hobbie han perdido la vida. El Comandante Dr. Wenzel y el operador de radio Sargento Tenz han sobrevivido el accidente. El Dr Wenzel se ha roto un brazo y una pierna y Tenz un tobillo. Las heridas fatales de Mölders incluyen fractura de espalda y la caja torácica aplastada. La posterior investigación del accidente ha sugerido que, en el caso de que se hubiera abrochado el cinturón de su asiento, es probable que Mölders hubiera sobrevivido.
Los restos del avión siniestrado.
El Führer ha ordenado honrar la memoria del Coronel Werner Mölders con un funeral de estado que tendrá lugar en Berlín el próximo día 28.
Oberst, Inspekteur der Flieger und Ritterkreuztrager Werner Mölders, ruhe in Frieden!Du bist nicht tot, du lebst in Deutschland!