La reacción alérgica se produce cuando el sistema inmune de una persona reacciona ante alguna sustancia (alérgenos), que normalmente es innocua para aquellos no alérgicos.
Los alérgenos pueden entrar en el organismo básicamente: inhalados, ingeridos o inoculados, como es el caso de las abejas y avispas. Algunas de las reacciones más comunes a las picaduras son:
- Reacción por la acción propia del veneno: tras la picadura se suele hinchar y enrojecer la zona donde se ha producido. Suele ir acompañado de un picor intenso, pero es de corta duración.
- Reacciones locales extensas: inflamación de la zona acompañado de dolor, picor, enrojecimiento y endurecimiento. Los síntomas suelen durar más de 48 horas y en los niños puede llegar a afectar hasta dos articulaciones contiguas.
- Reacción anafiláctica o anafilaxia : en personas alérgicas, una picadura puede provocar vómitos, diarrea, ronchas o habones, pudiendo estos síntomas llegar a afectar a distintos órganos del cuerpo. Cuando se está ante un caso así es fundamental recibir atención médica inmediata.
Los alérgicos al veneno de estos insectos pueden someterse a la inmunoterapia con extracto purificado de veneno. Con ello, lo que se pretende es conseguir una desensibilización. Para ello, se administran subcutáneamente dosis muy bajas del veneno, que se van aumentando poco a poco hasta alcanzar la dosis máxima.
Recomendaciones para evitar las picaduras- Usar ropa de colores poco llamativos y no utilizar perfumes cuando se acude al campo.
- No acercarse a panales de abejas o nidos de avispas. Y advertir a los niños que no les tiren piedras.
- Evitar correr, montar a caballo, en moto o bicicleta en zonas con muchas flores.
- Si alguna abeja o avispa se posa sobre usted, no se mueva o haga movimientos lentos hasta que se vaya.
- Al ponerse la ropa, sacúdale por si hubiese alguna avispa en algún pliegue.
- Evitar andar descalzo.
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