Los que me seguís, sabréis que mi hijo ha superado una prueba de provocación a la leche de vaca y que se le diagnosticó su tolerancia.
Desde entonces hemos pasado mucho estrés cada vez que consumía leche en casa o en la calle, por miedo a una reacción alérgica.
Pero los días han pasado y no ha habido ningún síntoma.
Me fastidia decir que el niño ha engordado desde entonces, porque parece que cuando era alérgico pasaba hambre. Pero para ser sinceros ha descubierto muchos sabores nuevos que creo que le han gustado o quizás haya sido el poder comer con libertad lo mismo que los demás. El caso es que está más gordito, mucho más... lo achaco a la bollería industrial, a ver si ahora vamos a alimentarnos peor por no ser alérgicos... pues lo mismo nos ocurre! Antes no entraba una pizza industrial en casa y ahora hemos pedido ya unas cuantas.
Cuando estuve dando lactancia materna con dieta sin lácteos, yo misma adelgacé un montón: porque no sabía qué podía comer y porque de un plumazo me quité bollos, chocolate, helados.... Si me pasara hoy probablemente ya sabría sustituir todos esos dulces por otros aptos para alérgico, pero entonces no sabía nada, andaba muy perdida. Así que se me fueron muchos kilos de peso con la dieta estricta.
Por otra parte, quisiera comentar algo que me ha sacado de quicio: He visitado recientemente a una amiga en una maternidad en la planta de cesáreas en un hospital infantil de Madrid y me dejó alucinada cómo las enfermeras ofrecían a todas las madres biberones de leche artificial como "ayuda" hasta que les "subiera" la leche materna. Eso era un trasiego increible de biberones de leche artificial.
Como sabreis uno de los factores de riesgo para tener alergia a las proteínas de leche de vaca es el consumo de ese "primer" biberón en maternidades con posterior lactancia materna.
Por eso me llena de pena que se ofrezca sin conocer las posibles consecuencias.
Es claro que no todos los niños tendrán alergia APLV, pero su número va en aumento y, con este tipo de medidas, no me extraña.
Ese primer biberón (son varios) que ofrecen las enfermeras sólo lo necesitan las madres, no el bebé, que puede pasar sin ellos perfectamente hasta que le suba la leche a su madre. La excusa es que con cesárea tarda más en subir la leche.
Creo que seguimos minusvalorando el problema de la alergia alimentaria. Con eso de que la mayoría de los niños la supera con el tiempo, parece una enfermedad de quita y pon, sin importancia.
Dios mío!! Lo que me ha hecho sufrir a mí esta enfermedad. Puedo decir sin dudarlo que personalmente ha cambiado mi forma de ser en todos los sentidos. No soy la misma que antes de que le diagnosticaran la alergia a mi hijo.
Probablemente sea mejor persona: más paciente, más comprensiva, más tolerante; pero también me ha dejado un pozo de tristeza: tantas discusiones, tanto estrés... todo es difícil de olvidar. No puedo olvidar, aunque mi hijo, a día de hoy, haya superado su alergia.
Foto | Moskito7