Revista Infancia

Alergia Leche: Los hermanos

Por Mikkoriumaplv
¿Cómo conviven con la alergia los hermanos de un niño alérgico a la proteína de leche de vaca?.
Cuando uno de tus hijos tiene una enfermedad, en este caso padece alergia, de forma inconsciente lo consideras más débil y suele ser objeto de mayor atención que el resto de sus hermanos.
Creo que esto es así por lo general. ¿Os ocurre a vosotros?
Alergia Leche: Los hermanosAl menos yo cuando estoy fuera de casa, paso más tiempo mirando a mi hijo alérgico (para que no toque ningún alimento) que al resto.
También lo considero más vulnerable, lo que me genera un sentimiento de sobreprotección.
Todo esto lo notan el resto de los hermanos, que probablemente lo aprovechen para gozar de más independencia que el hermano alérgico.
Por otra parte, algo que me ha enseñado la alergia, es que subestimamos la madurez de los niños.
Los hermanos de un niño alérgico, hasta con 3 y 4 años, son capaces de cuidarle y expresar: “Mi hermano no puede tomar leche. Se pone malito”.
No olvidaré la escena de mi hijo de 5 años diciendo a un abuelito que no le diera un caramelo a su hermano alérgico.  
Gritaba: “No puede, no puede”.
Es sorprendente cómo conocen la alergia, su tratamiento de evitación y sus síntomas.  
Los hermanos son el mejor aliado que puede tener un niño alérgico.
Otro tema es que la prohibición de lácteos les afecta a ellos. Mis hijos hace meses que no comen yogures, queso…
En el menú del colegio sí lo hacen pero en casa no. No puedo arriesgarme a que su hermano alérgico se manche por error.
Y más importante aún, no quiero discriminar aún más a mi hijo alérgico, no permitiéndole comer alimentos que consumen sus hermanos delante suyo.
Al final toda la familia está condicionada por la alergia, tanto en la alimentación como en los hábitos de vida.
Alguna vez que su hermano alérgico se ha quedado dormido, hemos aprovechado para tomar un helado cremoso con mucha nata. Lo hemos hecho “a escondidas”, explicándoles que era un secreto y así lo han entendido.
Lógicamente no es buena idea hacer eso. Tenía que haber comprado un caja de helados aptos para APLV y tomarlos todos juntos.
Pero cuando uno pasea por la calle, no es nada fácil encontrar productos aptos para un alérgico. Imagino que así les sirve para reforzar la idea de que hay alimentos que tenemos prohibidos.
No voy a negar que a veces mis hijos no alérgicos dicen cosas como: "No pienso tomar esa bebida de avena ¡está asquerosa!. Yo no tengo alergia".
Es comprensible que rechacen tomar alimentos digamos "dietéticos" fuera de lo común. 
Aunque lo más curioso es que, a veces, no sé si buscando más protagonismo o por sus propios razonamientos, deciden que ellos también son alérgicos alimentarios. Y de repente me dicen: "Mamá, no puedo tomar yogur de sabor fresa. Soy alérgico. ¿No recuerdas el otro día que me dolía un poco la tripa cuando lo tomé?"  :D
Los niños, con su sinceridad y naturalidad, me ayudan a ver desde otra óptica (positiva) este problema con el que convivimos de la alergia alimentaria.
Foto: netalloy

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