Las alergias alimentarias pueden ser ocasionadas por casi cualquier tipo de alimento. Se trata de reacciones alérgicas que se desencadenan tras la ingestión de un alimento en particular, variando la manifestación sintomática de persona a persona. El momento en el que aparecen los primeros síntomas en casos de alergias alimentarias puede ser inmediatamente a la ingestión del alimento alérgeno o puede demorarse hasta 1 ó 2 días después. Uno de los casos de alergias alimentarias más conocidos es la celiaquía. Las personas afectadas con celiaquía no pueden consumir trigo, avena, cebada o centeno (ni siquiera en pequeñas cantidades, a riesgo de manifestar todo tipo de reacciones alérgicas).
Los síntomas más comunes para los casos de alergias alimentarias son la aparición de diarrea, hinchazón, dolor abdominal, flatulencia, picazón, erupciones en la piel y hasta náuseas. La prevención más eficaz para las alergias alimentarias es la identificación de los alimentos que están ocasionando el problema de salud particular en cada caso, y evitando su consumo ulterior. Hasta el momento no se han desarrollado medicamentos efectivos para combatir las distintas manifestaciones de alergias alimentarias que se pueden producir en el ser humano.
Después de identificarse las causas finales de las distintas alergias alimentarias es necesario incorporar modificaciones en la dieta a fines de evitar nuevas recaídas. Los alimentos alérgenos más comunes son la leche de vaca, el trigo, la soja, el huevo, algunos frutos secos (como las nueces y las almendras), el pescado, los mariscos, el chocolate y los productos industrializados. Si bien en la mayoría de los casos se trata de alergias alimentarias a uno solo de estos elementos, a veces pueden darse combinaciones de varios de estos elementos. Al evitar un tipo de alimento es necesario incorporar un reemplazo efectivo que no lleve al paciente a tener una sensación de carencia por lo que no puede consumir.